La Jornada Mundial de la Juventud es un evento de la Iglesia Católica que nació el 15 de abril de 1984, un Domingo de Ramos en el que se clausuró el jubileo de los jóvenes. El 22 de abril el Papa entregó la Cruz a los jóvenes y el Domingo de Ramos del 1985 fue el encuentro mundial de jóvenes con motivo del año internacional de la juventud.
En 1986 se celebró de manera Diocesana la primera Jornada Mundial de la Juventud. Y, puede que muchos no lo sepan: la Jornada Mundial de la Juventud diocesana se sigue celebrando todos los Domingos de Ramos desde entonces. Las JMJ internacionales iniciaron en 1987 en Buenos Aires, Argentina.
Quiero que hagamos un recorrido por cada Jornada Mundial de la Juventud a lo largo de la historia y veamos, junto con el lema de cada uno, algunas frases que han quedado en la memoria de los que han tenido la fortuna de vivirlas.
Jornada Mundial de la Juventud con el Papa Juan Pablo II
«Hemos conocido y hemos creído en el amor que Dios nos tiene» (Argentina, 1987)
«Como os dije desde el primer día de mi pontificado, que “sois la esperanza del Papa”, “sois la esperanza de la Iglesia”. ¡Cómo he sentido vuestra presencia y amistad en estos años de mi ministerio universal a la Iglesia!».
«Que el hermano no se enfrente más al hermano; que no vuelva a haber más ni secuestrados ni desaparecidos; que no haya lugar para el odio, la violencia; que la dignidad de la persona humana sea siempre respetada. Para hacer realidad estos afanes de reconciliación nacional, el Papa os llama a comprometeros personalmente, desde vuestra fe en Cristo, en la construcción de una nación de hermanos, hijos de un mismo Padre que está en los cielos».
«Sed, pues, desde ahora, junto con todos los hombres, artífices de la paz; unid vuestros corazones y vuestros esfuerzos para edificar la paz. Solo así, viviendo la experiencia del amor de Dios y esforzándoos por realizar la fraternidad evangélica, podréis ser los verdaderos y felices constructores de la civilización del amor».
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida» (Santiago de Compostela, 1989)
«La verdad y la mentira. Tenemos que reconocer que muchas veces la mentira se nos presenta como verdad. Por eso es necesario discernir para reconocer la verdad, la Palabra que viene de Dios, y rechazar las tentaciones que vienen del “padre de la mentira”. Me refiero al pecado, que es la negación de Dios, el rechazo de la luz. Como dice el Evangelio de Juan: “la luz verdadera” estaba en el mundo «y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció» (Jn 1, 9-10)».
«Es justo que tengáis sed de vida, de vida plena. Sois jóvenes precisamente por esto. Pero, ¿en qué consiste la vida? ¿Cuál es el sentido de la vida y cuál es el modo mejor para actuarlo? Hace poco habéis cantado con entusiasmo: “Somos peregrinos de la vida, caminantes unidos para amar”. ¿No está aquí la base para la respuesta que buscáis?»
«Sí, mis queridos jóvenes, Cristo os llama no solo a caminar con Él en esta peregrinación de la vida. Él os envía en su lugar para ser mensajeros de la verdad, para ser sus testigos en el mundo, concretamente, ante los demás jóvenes como vosotros, porque muchos de ellos hoy, en el mundo entero, están buscando el camino, la verdad y la vida, pero no saben a dónde ir»
«Habéis recibido un espíritu de hijos» (Polonia, 1991)
«¡Sed felices!, Sed felices junto con María, que creyó en el cumplimento de las palabras que le dijo el Señor. ¡Sed felices! Ojalá que el signo de la mujer vestida de sol camine con vosotros, con cada una y cada uno, a lo largo de todos los senderos de la vida. Ojalá que os conduzca al cumplimiento en Dios de vuestra adopción como hijos en Cristo. ¡El Señor ha hecho verdaderamente maravillas en vosotros!
Sois enviados a estos hermanos y hermanas como mensajeros de la Buena Nueva de la salvación. Al encontrar a Jesús y conocer vuestra vocación a la filiación divina por medio de vuestro testimonio de alegría, descubrirán cuál es el sentido de la vida. En efecto, ansían encontrar ese sentido, y Jesucristo es la verdad que nos hace libres. A todos los que están desilusionados frente a los cometidos terrenos de la civilización, los tenéis que invitar a ser, junto con vosotros, artífices de la «civilización del amor»
«Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia» (USA, 1993)
«Estamos buscando el reflejo de Dios no solo en la belleza de la naturaleza, sino también en las conquistas de la humanidad y en cada persona. En esta peregrinación guían nuestros pasos las siguientes palabras de Jesucristo: «Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia» (Jn 10, 10). Mi objetivo en este primer encuentro con vosotros es invitaros a entrar en lo más íntimo de vuestro corazón y vivir los próximos días como un encuentro real con Jesucristo. Naturalmente, estamos aquí para escucharnos unos a otros: yo a vosotros y vosotros al Papa. Pero, sobre todo, estamos en Denver para escuchar la única palabra auténtica de vida: la Palabra eterna que en el principio estaba con Dios; por medio de la cual todas las cosas fueron creadas y sin la cual no se hizo nada de cuanto existe (cf. Jn 1, 2-3)»
«Como el Padre me envió, también yo os envío» (Filipinas, 1995)
«La fuente más profunda de nuestra alegría es el hecho de que el Padre ha enviado a su Hijo para salvar el mundo. El Hijo toma sobre sí el peso de los pecados de la humanidad y, de este modo, nos redime y nos guía por el sendero que lleva a la unión con la santísima Trinidad, con Dios. Esta es la fuente más profunda de nuestra alegría, de la alegría de todos nosotros, y también de mi alegría. Es mi alegría y vuestra alegría»
«Maestro ¿dónde vives? Venid y veréis» (Francia, 1997)
«Conoced el Evangelio. Vosotros en primer lugar. Conoced el Evangelio buscando la ayuda de guías sabios y testigos de Cristo. Buscad personas que os ayuden a conocer y vivir el amor, que es el corazón del Evangelio. ¿Qué personas? Vuestros padres, abuelos, profesores, sacerdotes, catequistas y animadores de vuestros grupos y de los movimientos de los que formáis parte. Todos os pueden ayudar a conocer mejor el Evangelio. Conociendo el Evangelio, confrontaos con Cristo, y no tengáis miedo de lo que os pida»
«La Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros» (Italia, 2000)
«“Por nosotros Cristo se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó”. ¡Qué cercanas a nuestra existencia están estas palabras! Vosotros, queridos jóvenes, comenzáis a experimentar el carácter dramático de la vida. Y os interrogáis sobre el sentido de la existencia, sobre vuestra relación con vosotros mismos, con los demás y con Dios. A vuestro corazón sediento de verdad y paz, a vuestros numerosos interrogantes y problemas, a veces incluso llenos de angustia, Cristo, Siervo sufriente y humillado, que se abajó hasta la muerte de cruz y fue exaltado en la gloria a la diestra del Padre, se ofrece a sí mismo como única respuesta válida»
«Vosotros sois la sal de la tierra… Vosotros sois la luz del mundo» (Canadá, 2002)
«Queridos jóvenes, son numerosas y atractivas las propuestas que se os presentan desde todas partes: muchos os hablan de una alegría que se puede obtener con el dinero, con el éxito, con el poder. Sobre todo os hablan de una alegría que coincide con el placer superficial y efímero de los sentidos»
«Queridos amigos, a vuestro anhelo joven de ser felices, el anciano Papa responde con una palabra que no es suya. Es una palabra que resonó hace dos mil años. La acabamos de escuchar esta tarde: “Bienaventurados…”. La palabra clave de la enseñanza de Jesús es un anuncio de alegría: “Bienaventurados…”»
«El hombre está hecho para la felicidad. Por tanto, vuestra sed de felicidad es legítima. Cristo tiene la respuesta a vuestra expectativa. Con todo, os pide que os fiéis de él. La alegría verdadera es una conquista, que no se logra sin una lucha larga y difícil. Cristo posee el secreto de la victoria».
Jornada Mundial de la Juventud con el Papa Benedicto XVI
«Hemos venido a adorarle» (Alemania, 2005)
«Queridos jóvenes, ofreced también vosotros al Señor el oro de vuestra existencia, o sea la libertad de seguirlo por amor respondiendo fielmente a su llamada; elevad hacia Él el incienso de vuestra oración ardiente, para alabanza de su gloria; ofrecedle la mirra, es decir el afecto lleno de gratitud hacia Él, verdadero Hombre, que nos ha amado hasta morir como un malhechor en el Gólgota»
«¡Sed adoradores del único y verdadero Dios, reconociéndole el primer puesto en vuestra existencia! La idolatría es una tentación constante del hombre. Desgraciadamente, hay gente que busca la solución de los problemas en prácticas religiosas incompatibles con la fe cristiana. Es fuerte el impulso de creer en los falsos mitos del éxito y del poder; es peligroso abrazar conceptos evanescentes de lo sagrado que presentan a Dios bajo la forma de energía cósmica, o de otras maneras no concordes con la doctrina católica»
«Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos» (Australia, 2008)
«Queridos jóvenes, ya hemos visto que el Espíritu Santo es quien realiza la maravillosa comunión de los creyentes en Cristo Jesús. Fiel a su naturaleza de dador y de don a la vez, él actúa ahora a través de vosotros. Inspirados por las intuiciones de san Agustín, haced que el amor unificador sea vuestra medida, el amor duradero vuestro desafío y el amor que se entrega vuestra misión»
«Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (Madrid, 2011)
«Con Él a su lado, tendrán luz para caminar y razones para esperar, no deteniéndose ya ante sus más altos ideales, que motivarán su generoso compromiso por construir una sociedad donde se respete la dignidad humana y la fraternidad real»
«Sed prudentes y sabios, edificad vuestras vidas sobre el cimiento firme que es Cristo. Esta sabiduría y prudencia guiará vuestros pasos, nada os hará temblar y en vuestro corazón reinará la paz. Entonces seréis bienaventurados, dichosos, y vuestra alegría contagiará a los demás»
Jornada Mundial de la Juventud con el Papa Francisco
«Id y haced discípulos a todos los pueblos» (Brasil, 2013)
«Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo; ¡algo más grande que la Copa del Mundo! Jesús nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin, allá en la vida eterna. Es lo que nos ofrece Jesús. Pero nos pide que paguemos la entrada. Y la entrada es que nos entrenemos para «estar en forma», para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando testimonio de nuestra fe».
«No se metan en la cola de la historia. Sean protagonistas. Jueguen para adelante. Pateen adelante, construyan un mundo mejor. Un mundo de hermanos, un mundo de justicia, de amor, de paz, de fraternidad, de solidaridad. Jueguen adelante siempre».
«Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» (Polonia, 2016)
«Cuando optamos por la comodidad, por confundir felicidad con consumir, entonces el precio que pagamos es muy, pero que muy caro: perdemos la libertad. No somos libres de dejar una huella. Perdemos la libertad. Este es el precio. Y hay mucha gente que quiere que los jóvenes no sean libres; tanta gente que no os quiere bien, que os quiere atontados, embobados, adormecidos, pero nunca libres»
«Jesús no es el Señor del confort, de la seguridad y de la comodidad. Para seguir a Jesús, hay que tener una cuota de valentía, hay que animarse a cambiar el sofá por un par de zapatos que te ayuden a caminar por caminos nunca soñados y menos pensados, por caminos que abran nuevos horizontes, capaces de contagiar alegría, esa alegría que nace del amor de Dios, la alegría que deja en tu corazón cada gesto, cada actitud de misericordia. Ir por los caminos siguiendo la «locura» de nuestro Dios que nos enseña a encontrarlo en el hambriento, en el sediento, en el desnudo, en el enfermo, en el amigo caído en desgracia, en el que está preso, en el prófugo y el emigrante, en el vecino que está solo»
«He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Panamá, 2019)
«Seguro que tendría complicaciones, pero no serían las mismas complicaciones que se producen cuando la cobardía nos paraliza por no tener todo claro o asegurado de antemano. ¡María no compró un seguro de vida! ¡María se jugó y por eso es fuerte, por eso es una influencer, es la influencer de Dios! El “sí” y las ganas de servir fueron más fuertes que las dudas y las dificultades».
«Ser un “influencer” en el siglo XXI es ser custodios de las raíces, custodios de todo aquello que impide que nuestra vida se vuelva gaseosa, que nuestra vida se evapore en la nada. Ustedes los mayores sean custodios de todo aquello que nos permita sentirnos parte los unos de los otros. Custodios de todo aquello que nos haga sentir que nos pertenecemos».
«María se levantó y partió sin demora» (Portugal, 2023)
«No somos cristianos por casualidad, somos cristianos porque hemos sido llamados y hemos sido llamados porque somos amados. Somos amados como somos, no como quisiéramos ser, como somos ahora. Somos amados sin maquillaje ¿entienden esto? Muchos hoy saben tu nombre, pero no te llaman por tu nombre. De hecho tu nombre es conocido, aparece en redes sociales, se elabora por algoritmos, se le asocian anuncios y preferencias, pero todo esto no interpela tu unicidad, sino tu utilidad para los estudios de mercado»
«Debemos estar atentos a las ilusiones de lo virtual para no dejarnos engañar. Muchas realidades que hoy nos atraen prometen felicidad y después se muestran como cosas vanas, superfluas que nos dejan vacíos por dentro»
«La Iglesia somos la comunidad de los que somos llamados, no de los que somos mejores. Todos somos pecadores. Somos llamados como somos, con nuestros problemas y limitaciones, con nuestras ganas de ser mejores y ganas de triunfar»
«En la Iglesia hay espacio para todos. En la Iglesia ninguno sobra. Así como somos todos. Esa es la Iglesia, hay lugar para todos. El Señor no señala con el dedo, sino que abre los brazos y nos acoge»
«El único momento en el que es lícito mirar a una persona de arriba hacia abajo es cuando vamos a ayudarla a levantarse»
«Queridos jóvenes: nosotros hoy también necesitamos algo de luz, un destello de luz que sea esperanza para afrontar tantas oscuridades que nos asaltan. Tantas derrotas cotidianas. Él es la luz que no se apaga»
«No nos volvemos luminosos cuando nos ponemos debajo de los reflectores. No, eso encandila, no nos volvemos luminosos cuando mostramos una imagen perfecta “bien prolijitos”, bien terminaditos. Aunque nos sintamos fuertes y exitosos, no somos luminosos. Brillamos cuando, acogiendo a Jesús, aprendemos a amar como Él»
«Ustedes que han vivido este gozo. Ustedes que cultivan sueños grandes, pero que son tentados por el desánimo, por juzgarse fracasados. A ustedes que quieren cambiar el mundo, y que quieren luchar por la justicia y la paz. A ustedes jóvenes que le ponen ganas y creatividad a la vida les digo: no tengan miedo. Jesús los conoce y ahora les dice “no tengan miedo”. Anímense»
Fuente: CatholicLink