En julio de 2018 Carlo Acutis, el joven que en 2006 y con 15 años moría a causa de una leucemia, era declarado “venerable” por parte del Papa Francisco. Y pocos meses después era presentado en el Sínodo sobre los Jóvenes que se celebró en el Vaticano como un modelo de santidad para su generación.
La fama de santidad de este adolescente italiano comenzó en el mismo momento de su entierro cuando cientos de personas que no conocía la familia, entre los que había personas sin hogar, ancianos o niños acudieron a despedirle. Había dedicado su vida a hacer el bien tal y como lo había aprendido de Jesús.
Un auténtico apóstol de la a través de internet
Su tremendo amor por la Eucaristía fue el punto esencial de su vida y esto unido a sus grandes conocimientos informáticos le llevaron a convertirse en un “ciberapóstol” de la Eucaristía, recopilando y promocionando todos los milagros eucarísticos que se han producido por el mundo. El bien que realizó con este apostolado sigue todavía hoy vigente.
Pero la forma en cómo vivió la enfermedad, ofreciendo sus enormes sufrimientos, también mostraban estos indicios de santidad. “Ofrezco al Señor los sufrimientos que tendré que padecer por el Papa y por la Iglesia, para no tener que estar en el Purgatorio y poder ir directo al cielo”, afirmaba antes de morir.
Numerosas conversiones gracias a Carlo
Ahora su madre una vez que han pasado casi 13 años desde su muerte habla de los numerosos testimonios que les llegan. En una entrevista con la Agencia SIR asegura que “los recibimos de personas que se han convertido o se han acercado a la fe después de muchos años en Asia, África, Australia, Estados Unidos, América Latina o Europa. Es algo extraordinario, veo los frutos de lo que ha hecho a pesar de haber vivido sólo 15 años”.
Antonia Salzano recuerda que desde que hizo la Primera Comunión, Carlo no faltó ni un solo día a misa ni dejó de hacer Adoración hasta su misma muerte. “Si viajábamos era una preocupación para él encontrar una iglesia cerca del hotel”, cuenta.
“Para él era esencial –asegura- ese amor por la Eucaristía, que él llamaba ‘mi autopista al cielo’, y lo llevó a estar presente en la vida parroquial. Alrededor de la edad de 11 años se le pidió que ayudara al catequista y luego fue catequista”.
La Exposición de los Milagros Eucarísticos
Carlo Acutis se fue dando cuenta de que mucha gente no asistía a los sacramentos incluso los domingos y que no se valoraba bien entre muchos la verdadera importancia de la Eucaristía. Fue por ello por lo que tras investigar exhaustivamente y visitar in situ todos los lugares del mundo en los que se habían producido milagros e hizo una exposición detallada. Ésta ha visitado ya los cinco continentes, miles de parroquias, cientos de santuarios marianos y universidades, y en internet son numerosos expertos y sacerdotes los que la consultan.
“Diseñó la exposición porque creía que era una forma efectiva de sacudir la conciencia, despertar a las personas que viven la Eucaristía como una rutina. Quería sacudir las almas y los frutos estaban allí. Pasó horas y horas preparando los paneles y los escritos. Durante el verano se dedicó a esto en lugar de salir con los amigos. Fue un sacrificio, pero lo dejé hacerlo, también porque no menospreciaba su vida como estudiante. Quería que la gente entendiera la importancia de la Eucaristía”, relata la madre de este adolescente “venerable”.
Son muchas las cartas que la familia recibe concernientes a Carlo Acutis. “En ellas hay muchas solicitudes de oración, testimonios con gracias y posibles milagros que la Iglesia tendrá que examinar. También hay preguntas para materiales para catequistas, colegios y parroquias. Son muchos los que quieren contar la obra de Carlo”, asegura su madre.
“Nuestra meta debe ser el Infinito”
Carlo falleció antes de que nacieran sus hermanos pequeños. Pero éstos le rezan, escuchan, y ahora son niños especialmente devotos. Lo que no es fácil es ser la madre de este joven. Medio en broma, medio en serio, Antonia asegura: ¡Si no me santifico, mañana mi hijo tendrá que visitarme en el Purgatorio! Sin duda, es una responsabilidad, pero estoy encantada de ver cómo le está yendo a Carlo”.
Sobre el proceso de beatificación, la madre recuerda que “Carlo decía que se hacen filas kilométricas para asistir a un concierto o a un partido de fútbol, pero en cambio delante del sagrario está vacío. Nosotros somos más afortunados que aquellos que vivieron con Jesús porque podemos salir de casa y caminar hasta la iglesia más cercana para tener Jerusalén con nosotros”.
Por ello, explica que “Carlo quería que la gente comprendiera este don inmenso. Dios está con nosotros, y esto debe ser motivo de felicidad y de esperanza para todos. Incluso cuando debemos soportar las cruces, porque Carlo decía que ‘al Gólgota subiremos todos’. Podemos santificarnos durante ese camino”.
“Nuestra meta debe ser el infinito, no el finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el Cielo nos espera”, repetía este adolescente fallecido.
“Su fama de santidad se ha disparado en todo el mundo”
La postuladora para la causa de los Santos de la Diócesis, Francesca Consolini, afirmaba que Carlo “había entendido el verdadero valor de la vida como don de Dios, como esfuerzo, como respuesta a dar al Señor Jesús día a día en simplicidad” y que “era muy amado y buscado por sus compañeros y amigos por su simpatía y vivacidad”.
“Su fama de santidad se ha disparado por todo el mundo, de manera misteriosa. Alrededor de su vida ha sucedido algo grande, ante lo cual me inclino”, confesaba a Avvenire Ennio Apeciti, jefe de la Oficina para la Causa de los Santos de la diócesis milanesa.