¿Existen realmente o es una absurda superstición?
Es común escuchar que alguien vio a un aparecido en algún momento de su vida. Esto ha contribuido a la literatura y al cine que ha sabido explotar esa rica cultura popular. Los testimonios sobre fantasmas siempre giran en torno a algo que asusta y que produce escalofríos de miedo por el todo cuerpo.
Muchos creen firmemente en que los difuntos se aparecen o bien espíritus que se encuentran rondando por el ambiente. Esto es un tema que forma parte de las charlas donde se cuentan historias espeluznante que quitan el sueño
Aunque la Iglesia no aclara oficialmente nada en relación a la concepción moderna de lo que es un fantasma, te presentamos estas reflexiones que la Iglesia tiene respecto a estos seres:
El ser humano cuando muere es inmediatamente juzgado por Dios
La Iglesia nos enseña desde la doctrina que el ser humano puede hacer actos meritorios mientras tiene tiempo; cuando se le acaba el tiempo, con la muerte, ya no puede hacer nada por su propia salvación. Cuando morimos, inmediatamente somos juzgados por Dios y destinados de acuerdo con nuestra voluntad manifestada libremente mientras vivíamos. Nosotros elegimos el vivir eternamente con Dios o el vivir sin Dios.
Existe un purgatorio que va el ser humano para purificar su alma.
Existe el Purgatorio, considerado un estado de vida en el que nuestra alma se purifica antes de contemplar a Dios. De algún modo, el Purgatorio ya es el cielo porque implica que ya estamos salvados y esperamos la plenitud del cielo que nos coheredó Jesús.
La benditas almas del purgatorio necesitan purificarse y los que vivimos y oramos por ellos, hacemos obras de misericordia. Recuerda que cuando se pide por ellas, no sólo es por nuestros difuntos, sino en nombre de ellos para “sacarlos” del purgatorio.
Nunca la Iglesia ha reconocido que hay personas que se quedan con asuntos pendientes y tienen que remediarlos para poder irse.
En ningún momento nos habla la Iglesia de fantasmas que se aparecen para pedirnos arreglar algún asunto que haya quedado pendiente durante su vida. Cuando terminamos nuestro caminar en la vida, es tiempo de que nuestra misión ya se cumplió,.
La Iglesia acepta que en algún momento un muerto puede aparecerse a los vivos.
Hemos escuchado el relato de como Moisés se le aparece a Cristo en su transfiguración junto con Elías, que según la Biblia, fue arrebatado al cielo en cuerpo y alma.
También el mismo Jesús nos cuenta la parábola del pobre Lázaro y la petición del rico de que Lázaro vaya a avisarle a sus hermanos que hay un infierno para que se conviertan y el Padre Abraham se niega a enviar a Lázaro diciéndole que tienen a Moisés y a los profetas y que si no les hacen caso tampoco le harán caso a Lázaro aunque se les aparezca.
Aunque no es algo que se puede determinar con precisión, es posible que algún difunto pueda aparecerse con un algún mensaje de Dios, cuando hay algo especial que decir. Sin embargo la Iglesia tiene muy claro en sus enseñanzas que Dios no va a permitir que los fantasmas de los muertos pululen en nuestro mundo real.
La Iglesia pide hacer oración por nuestros difuntos de manera constante.
Creer en fantasmas no atenta contra la doctrina de la fe, pero invocar a los muertos y pedirles que contesten a preguntas dictadas por nuestra curiosidad, es un acto que se consideran actos nigromancia y es una práctica común entre los espiritistas . La recomendación principal es hacer oración por sus muertitos para que encuentren el eterno descanso.
Fuente: catoliscopio.com