El Papa Francisco nuevamente hizo gala de su buen humor para dejar una enseñanza y esta vez le contó a un grupo de jóvenes un chiste sobre una señora chismosa que iba habitualmente a la parroquia.
En la reunión presinodal que el Santo Padre presidió el lunes 19 de marzo en el Vaticano, Francisco recordó al relato que le compartió un cardenal.
Este Purpurado conocía a un sacerdote, dijo el Papa, “con un gran sentido del humor que en la parroquia tenía a una mujer muy chismosa que hablaba de todos y de todo, y que vivía tan cerca a la iglesia que desde la ventana de su habitación podía ver el altar”.
La señora, continuó el Papa, “iba a Misa todos los días y luego, las otras horas del día las dedicaba a andar por la parroquia, hablando de los demás. Un día estaba enferma y llamó al padre para decirle: ‘Padre, estoy en cama con una fuerte gripe. Por favor, ¿me puede traer la comunión?’”, a lo que el sacerdote contestó: “No se preocupe. Con la lengua larga que tiene usted, desde su ventana llega al tabernáculo”.
Tras contar el chiste, Francisco explicó que “menciono lo del chisme porque, para mí es una de las cosas más feas de las comunidades cristianas. ¿Saben que el chisme es terrorismo? ¿Un terrorismo el chisme? Sí, porque un chismoso hace lo mismo que un terrorista: se acerca, habla con uno, bota la bomba del chisme, destruye y se va”.
ACI Prensa