En tiempos de crisis, la madurez se convierte en una herramienta invaluable para abordar los desafíos con sabiduría y perspectiva. Me solicitaron una reflexión al respecto, y aquí presento un decálogo que puede servir como guía para enfrentar con madurez la situación que vivimos.
Monseñor José Ignacio Munilla Aguirre
A través de esta breve guía, se busca no solo ofrecer consejos prácticos, sino también fomentar la reflexión sobre la raíz de la situación actual. Desde la importancia de discernir las causas hasta el papel vital de la oración y la intercesión, este decálogo se erige como un faro de orientación en medio de la tempestad.
1. Analizar las Causas, no solo los Efectos
Enfrentar la crisis requiere ir más allá de los síntomas y entender las raíces del problema. Es crucial analizar cómo llegamos a este punto y reconocer las premisas subyacentes que pudieron haber pasado desapercibidas.
2. Concientizarse sobre la Secularización
Una causa fundamental de la crisis actual es la secularización, la vida sin Dios. Al desvincularnos de nuestras raíces espirituales, familiares y culturales, nos enfrentamos a una cadena de desconexiones que culmina en la pérdida de nuestra propia identidad.
3. Reconocer que Nadie Está Exento
Es fácil creer que estamos fuera de la crisis, pero la realidad es que todos estamos inmersos en ella de alguna manera. Reconocer nuestra propia vulnerabilidad nos impide caer en la ingenuidad y nos hace conscientes de la necesidad de afrontarla con responsabilidad.
4. Embragar la Conversión Personal y Fortalecer la Familia
La respuesta personal a la crisis comienza con la conversión y el fortalecimiento de la familia. Siguiendo las palabras de la Madre Teresa, cambiar el mundo empieza por cambiarnos a nosotros mismos y dedicar esfuerzos a fortalecer los lazos familiares.
5. Creer en el Poder de la Oración
Ante el influjo del pelagianismo, es esencial comprender que solo Dios puede cambiar el curso de la historia. La oración, especialmente la adoración eucarística, se revela como la respuesta proporcional para afrontar la crisis.
6. Discernir y Despertarse ante las Movilizaciones
Es crucial discernir nuestros talentos y no enterrarlos. Enfrentar la crisis no solo requiere capacidad crítica, sino también acción. Ante las movilizaciones, es vital no ceder a la desmotivación y la falta de perseverancia.
7. Distinguir Capacidad Crítica de Amargura
La capacidad crítica es necesaria, pero debe diferenciarse de la amargura y la desesperanza. Mantener el sentido del humor y la alegría, incluso en tiempos difíciles, es una herramienta valiosa para afrontar la realidad.
8. Vivir en Cenáculo
Forjar lazos de fraternidad es clave para enfrentar la crisis. Vivir en cenáculo, rodearnos de personas de confianza, compartir inquietudes y apoyarnos mutuamente es esencial para no sentirnos solos en esta batalla.
9. Agarrarse al Santo Rosario
En momentos difíciles, el rosario se convierte en un instrumento de petición e intercesión. Siguiendo el ejemplo de la batalla de Lepanto, agarrarnos al rosario nos conecta con la tradición de pedir la intervención divina.
10. Mantener una Esperanza Escatológica
Finalmente, recordamos que nuestra esperanza se basa en la justicia y misericordia de Dios. Creer en la victoria definitiva del bien sobre el mal, así como en la justicia divina, nos proporciona la esperanza necesaria para afrontar la crisis con confianza.
En resumen, afrontar con madurez la crisis implica un enfoque integral que abarque desde el análisis de las causas hasta la acción concreta, manteniendo siempre la esperanza en Dios como guía y sostén. Este decálogo ofrece un camino para aquellos que buscan enfrentar la adversidad con sabiduría y fortaleza.
Fuente : Discurso Público de Monseñor Munilla Aguirre
Este artículo ha sido concebido a partir de las enriquecedoras palabras expresadas por Monseñor Munilla Aguirre en un discurso público.