El Pontífice así determina implícitamente que un católico no debería estar de acuerdo con la pena capital y expresamente la Iglesia “se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo”
El papa Francisco pidió a la Congregación para la Doctrina de la Fe que incluyera en el texto del Catecismo de la Iglesia Católica que la pena de muerte es una medida “inadmisible” porque contraria a la dignidad de la persona humana, informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede este jueves 2 de agosto de 2018.
A continuación, el cambio solicitado por el Papa en el texto que sirve de guía práctica para el católico:
“2267. Durante mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la autoridad legítima, después de un debido proceso, fue considerado una respuesta apropiada a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común.
Hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves. Además, se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sanciones penales por parte del Estado. En fin, se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa de los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, no le quitan al reo la posibilidad de redimirse definitivamente.
Por tanto la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que «la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona»1, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo”.
Así, en las próximas ediciones del Catecismo se incluirá el texto comunicado anteriormente al perfecto del ex santo oficio, el cardenal Luis Ladaria y que será publicado en L’Osservatore Romano, por ende oficialmente en el Acta Apostolicae Sedis, el boletín oficial de la Santa Sede. La carta de Ladaria dirigida a los obispos del mundo se puede leer aquí.
Asimismo, al cumplirse los 25 años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, el papa Francisco en octubre de 2017, anticipaba la reflexión sobre la importancia de este cambio y resaltó que “se debe afirmar con fuerza que la sentencia a pena de muerte es una medida deshumana que humilla”.
E indicó que “puede ser reducida a un mero recuerdo de enseñanza histórica sin hacer emerger no solo el progreso en la doctrina y obra de los últimos Pontífices, sino también en la cambiante consciencia del pueblo cristiano, que rechaza una actitud concordante ante una pena que socava en gran medida la dignidad humana”.
Francisco reafirmó el compromiso de la Iglesia en defender la vida desde el inicio hasta el fin. Lo confirmó en ocasión de la celebración en el Vaticano del 25º aniversario de la firma de la Constitución Apostólica “Fidei Depositum” por San Juan Pablo II, un texto que acompañó la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica en 1992.
El Papa en varios discursos e intervenciones públicas, como en el histórico discurso en el Congreso de Estados Unidos en septiembre de 2015, ha abogado por la abolición de la pena de muerte.
Los predecesores del papa Francisco, también se oponían a la pena capital, pero faltaba una posición neta en el Catecismo de la Iglesia Católica. En 1999, Juan Pablo II ha puesto en marcha un llamado internacional a todos los responsables para llegar a un consenso sobre la abolición de la pena de muerte. En 2011, Benedicto XVI también exhortó a cooperar para asegurar su eliminación.