La “Navidad” generalmente esta asociada con compras, regalos y reuniones. Sin embargo, esta idealización de la época nos puede llevar a que fácilmente se pierda el significado real del momento y termine convirtiéndose en una fecha del calendario en la cual el entorno “consume” a las familias; para muchos incluso, puede llegar a ser motivo de preocupación por la cantidad de dinero que se necesita para cubrir las expectativas sociales de esta época.
Cada familia tiene una manera muy particular de celebrar estas fiestas, existen costumbres que están arraigadas en nuestras familias y en ocasiones nos obligan a cumplir con ciertos requisitos materiales, es decir, nos vemos presionados a comprar regalos que muchas veces exceden nuestro presupuesto y que nos llevan a estresarnos y preocuparnos por cumplir con este compromiso.
Por otro lado, el estrés y la ansiedad son la otra cara de la navidad y en ocasiones pueden llevar a las personas a enfermar gravemente. De acuerdo con el Instituto Nacional de Psiquiatría “una de las razones por las que las personas pueden experimentar depresión o un malestar en el estado de ánimo durante la Navidad, es porque en estas fechas se ven forzados a participar en dinámicas sociales en las que no están de acuerdo”.
Esta época decembrina es un tiempo que nos invita a la reflexión, a la convivencia y al fortalecimiento de los lazos de amistad y familiares. No es necesario tener los grandes medios económicos que se han impuesto socialmente. Así quedó demostrado este año, cuando nuestro país vivió momentos de crisis muy fuertes en donde la solidaridad, el apoyo y la esperanza se manifestaron entre la población. Comprobamos que los mexicanos somos un pueblo comprometido y solidario con el prójimo, que no es necesario contar con grandes recursos económicos para demostrar nuestro apoyo y cariño a los demás.
Vivamos la navidad como una renovación espiritual para estar más cerca de nuestros seres queridos; no la confundamos con una época de excesos, los cuales nos pueden traer consecuencias desagradables.
Respondamos de manera consciente y realista estas preguntas: ¿Qué es lo verdaderamente importante?, ¿Qué sentido tiene esta época?, ¿Qué valores queremos vivir en nuestra familia? Y si ¿Existen otras maneras de alcanzarlos?
En Red Familia te damos algunas sugerencias para vivir en familia esta época navideña:
- Favorezcan el sentido de pertenencia, considerar la opinión de todos los integrantes, incluyendo a los niños.
- Decidan qué ideas y sugerencias que vienen del exterior pueden adoptar, sin que se afecte su economía y su relación familiar.
- Si no tienes seres queridos con quien compartir las fiestas, puedes entrar como voluntario en actividades para ayudar a personas que lo necesiten.
Recuerda que la Navidad es más que una celebración en el mundo y que para vivirla como un momento de reflexión, de inclusión y de renovación, ¡en la familia está la solución!
Por: Verónica González, especialista de Red Familia
