Para dar inicio me gustaría mencionar que lo que estás experimentando al tener un pecado recurrente es una lucha sumamente difícil por lo cual necesitas conocer y adquirir nuevas herramientas para poder trabajarlo y ser libre finalmente de ellos.
Aunque peques mucho Dios te puede perdonar
También me gustaría pontificar que no porque tengas un pecado recurrente Dios dejará de perdonarte y limpiarte de todo pecado, al contrario, Él siempre está con sus brazos abiertos esperando tu regreso. Para poder lograr eso de manera permanente es necesario mucho esfuerzo de tu parte que te aseguro, valdrá la pena.
Parte importante de librarte de tus pecados recurrentes es identificar qué es lo que te está llevando a cometerlo, me gustaría hicieras un pequeño análisis de introspección para encontrar la raíz del problema, se sincero contigo mismo, no trates de engañare. Una vez identificado, te invito a leer la siguiente cita de Romanos 7,15 “No entiendo mis propios actos: no hago lo que quiero y hago las cosas que detesto”. Ahora es momento de poner manos a la obra.
Sin Dios no se puede
No está de más mencionarte que sin Dios no podremos hacer nada, así que lo primero que debes hacer es buscar la reconciliación por medio de la confesión y cumplir la penitencia que te sea impuesta.
Posterior a esto sé lo más sincero y honesto contigo y aléjate de toda tentación o situación que te ponga vulnerable para cometer pecado nuevamente, el maligno es muy inteligente y astuto para hacerte tropezar de nuevo pero si estás cerca de Dios te aseguro el camino estará limpio de obstáculos, sin embargo, seguirán existiendo dificultades de las cuales es imprescindible aprender.
Sin duda alguna otro factor importante es el ofrecimiento diario (tu trabajo, tu cansancio, algo que te cueste) y que esto a su vez te recuerde ¿Por qué lo estás haciendo? y que no se te olvide pasada una semana de haber iniciado. Ante esto te comparto una de mis estrategias con lo cual he podido liberarme de algunos pecados recurrentes que tenía en el pasado y esto es el trabajar un día a la vez, tal vez esto te suene muy familiar pero en verdad funciona.
Trabajar un día a la vez sin ver los días próximos, olvídate del mañana, enfócate a trabajar en el hoy, el mañana es incierto y del ayer no podremos cambiar nada; trabaja en el hoy para tener un mejor mañana y verás que pasados 21 días habrás formado un hábito que te mantiene cerca de Dios, que si bien en un inicio te costó y fue difícil, pero pasado el tiempo verás cuan fructífero es el esfuerzo que has puesto en ello.
Recapitulemos
1.- Aprovecha el sentimiento de culpa para identificar que te está haciendo recurrir en el mismo pecado (puede ser una persona, grupo de amigos, ambiente social, cualquier situación que te haga vulnerable ante el pecado)
2.- Acudir a la confesión y cumplir la penitencia impuesta por el sacerdote
3.- Trabajar en el “HOY”
4.- Se constante por 21 días y haz ofrecimientos diarios para lograrlo y que a su vez funjan como recordatorio (si piensas que al cabo de una semana se te olvidará el día de inicio te sugiero en un calendario vayas marcando los días).
Y de esta manera es como a través del esfuerzo diario y la constancia formaste un testimonio que te ayudará a evangelizar, incluso podrás ayudar a tus hermanos en Cristo que se encuentren en una situación similar a la que te encontrabas tú.
Y tú, ¿Cuál estrategia utilizaste para ya no ciclar tus pecados?
Déjalo en los comentarios tal vez la manera en cómo lo hiciste le pueda servir a alguien más.