Georg Ratzinger, entrevistado por la “Neue Post”, afirmó que el Papa emérito está enfermo: «Lo que preocupa es que la parálisis pueda llegar al corazón»
Georg Ratzinger, de 94 años y hermano del nonagenario Papa emérito, se refirió en una entrevista a una «enfermedad paralizante» que afectaría a Benedicto XVI. No es la primera vez que el monseñor bávaro, director emérito del coro de los Domspatzen, hace afirmaciones un poco alarmistas sobre su familiar, como aquella entrevista, un día después de la elección del Pontífice alemán, hace trece años, cuando afirmó que Joseph era «demasiado viejo» y que estaba «demasiado enfermo» para ser el Papa.
Las palabras de Georg Ratzinger fueron publicadas en la revista “Neue Post”, y también aparecieron en las páginas alemanas del sitio oficial de la Santa Sede “Vatican News”. El hermano del Pontífice se refirió a una enfermedad paralizante que lo obliga a «recurrir a la silla de ruedas. Lo que más preocupa es que la parálisis pueda llegar a su corazón, y entonces podría terminar todo de prisa». Y añadió: «rezo cada día para pedirle a Dios la gracia de una buena muerte, en un buen momento, para mí y para mi hermano. Ambos tenemos este gran deseo».
Georg Ratzinger también dijo que habla cotidianamente por teléfono con su hermano y, como normalmente, planea visitarle en el Vaticano para su próximo cumpleaños (91 primaveras), el 16 de abril. Pero, añadió, falta «mucho tiempo. Quién sabe qué sucederá hasta entonces…».
Como se recordará, hace algunos días el Papa emérito escribió una carta al periodista Massimo Franco, en la que dijo ser «peregrino hacia Casa» y se refirió a la fatiga de «este último tramo de camino».
En los últimos dos años, la fragilidad física del Papa emérito ha sido evidente para todos, incluso como se puede ver con las fotos y “selfies” que quienes le visitan suelen tomar. Sin embargo, Benedicto XVI se mantiene lúcido, sigue saliendo del monasterio en donde vive, sigue encontrándose con personas, a pesar de tener algunas dificultades deambulatorias.
Pero estas dificultades se han acentuado lentamente durante los años: mientras todavía era Papa, como se recordará, utilizó nuevamente la plataforma que utilizaba Juan Pablo II para recorrer la nave central de San Pedro. En varias ocasiones se ha desmentido que Joseph Ratzinger sufriera de patologías graves específicas y su estado de salud, hasta la fecha, demuestra que solo se trataba de alarmismos infundados.