Esta es una pregunta que muchos creyentes en Dios se han hecho a sí mismo.
En esos momentos que siente que algo le falta a su vida, ¿qué podría pedirle a Dios si Él se presenta ante usted? Bueno, las respuestas más comunes son: Dinero, una pareja, poder, salud, casas, larga vida, empresas, etc.
La gente piensa que la solución a sus problemas está afuera de ellos mismos. Algunos creen que, con tener más dinero, a la pareja perfecta o poseer bienes materiales, sus problemas de vida se van a acabar. Cierto es que desaparecerán por un tiempo las angustias, pero ellas terminarán volviendo, ya que usted no cambió y sigue siendo la misma persona.
Un Rey que no pidió dinero
No obstante, hace miles de años un hombre joven también hacia peticiones a Dios en sus oraciones y, sin tenerlo en frente, fue escuchado por Él. Así lo cuentan Las Escrituras. Ese hombre fue el Rey Salomón, hijo del Rey David y heredero del trono de Israel. A sus 20 años ya era el rey de un país poderoso de la época. No obstante, Salomón se reconocía carente de habilidades para asumir ese cargo. A pesar de su condición de rey, tuvo la humildad de reconocer que le faltaba aprender más y es por ello que él pidió a Dios una sola cosa: ¡Sabiduría!
“Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto hubo esto en tu corazón, y no pediste riquezas, bienes o gloria, ni la vida de los que te quieren mal, ni pediste muchos días, sino que has pedido para ti sabiduría y ciencia para gobernar a Mi pueblo, sobre el cual te he puesto por rey, sabiduría y ciencia te son dadas; y también te daré riquezas, bienes y gloria, como nunca tuvieron los reyes que han sido antes de ti, ni tendrán los que vengan después de ti.”
2 Crónicas 1:11-12
Es la sabiduría lo que le dio la base para convertirse en el tipo de ser humano que necesitaba ser para dirigir a la Nación de Israel. Sus resultados hablan por sí solos. Se convirtió en el Rey más rico de su época, Israel era un pueblo próspero gracias a él y sus habilidades como gobernante. Fue un gran negociante y sus cualidades eran reconocidas y respetadas entre las naciones vecinas.
Si va a pedirle algo a Dios, pídale sabiduría. Aprenda a ser un mejor ser humano y a usar esa bendita habilidad. Si usted sigue el ejemplo del Rey Salomón, podrá llegar a ser un hombre rico, pero no sólo en dinero, sino también en humanidad. Lo van a llegar a respetar por quien es y no sólo por lo que tiene o lo que ha logrado.
Fuente: ADN Millonario