El pasado 6 de marzo el Papa Francisco aprobó el decreto que reconoce las virtudes heroicas de la italiana Sandra Sabattini, una joven fallecida a los 23 años, que podría convertirse en la primera novia santa de la Iglesia Católica.
Sandra nació el 19 de agosto de 1961 en Riccione y vivió sus primeros años en el municipio de Misano Adriatico en la provincia de Rimini. A los 4 años, ella y su familia se mudaron a la casa parroquial de la Parroquia de San Girolamo, donde era párroco uno de sus tíos, el P. Giuseppe Bonini, hermano de su madre.
Con una familia profundamente católica, Sandra comenzó a escribir un diario personal el 24 de enero de 1972. Tres años después conoció al P. Oreste Benzi, fundador de la Comunidad Papa Juan XXIII, que se dedicaba a atender a los “últimos” de la sociedad.
Luego de una experiencia misionera con el grupo, volvió a casa con un pensamiento claro: “nos hemos roto los huesos, pero esa es gente a la que nunca abandonaré”.
Ingresó a la universidad a estudiar medicina. En su tiempo libre y sus vacaciones se dedicaba a atender a los enfermos.
Con una vida intensa de oración, el Rosario diario y la meditación cotidiana de la Palabra de Dios, Sandra también tenía la costumbre de rezar la primera hora de cada año (de 12 a 1 a.m.) ante el Santísimo Sacramento.
A los 20 años conoció a Guido Rossi, con quien compartía los mismos ideales como el sueño de ir a África para fundar una comunidad que sirviera a los “últimos de los últimos”.
El 29 de abril de 1984, con 23 años de edad, iba con Guido a un encuentro de la Comunidad Papa Juan XXIII. Apenas bajó del auto y a la espera de cruzar la calle, fue embestida por otro vehículo que iba en sentido contrario. Fue llevada al Hospital Bellaria de Bologna, donde finalmente falleció el 2 de mayo.
En una reciente entrevista con TV 2000, Guido recordó que “la primera vez que salimos juntos (…) me llevó a un cementerio, a mirar los rostros de las viejitas en las tumbas olvidadas, para advertir en estas vidas olvidadas la real presencia del Señor que no las olvida nunca”.
“El tiempo del noviazgo no era simple o solamente una alegría humana, sino que era una alegría que se debía al hecho que esta relación estaba al centro de un proyecto más alto”, resaltó.
En septiembre de 2006, el entonces Obispo de Rimini, Mons. Mariano De Nicolò, abrió la causa de canonización, con alrededor de 60 testimonios.
Sabattini ha sido definida como una “santa de lo cotidiano” ya que no hizo nada extraordinario, según describe la biografía titulada “La santa de al lado”, una obra en dos volúmenes editada por la teóloga Laila Lucci, con el prefacio del actual Obispo de Rimini, Mons. Francesco Lambiasi.
La documentación sobre la curación de Stefano Vitali, expresidente de la Provincia de Rimini, ocurrida en 2007 tras haber pedido la intercesión de Sandra Sabattini, ya ha sido enviada a la Congregación para las Causas de los Santos.
Las virtudes heroicas
La aprobación del decreto que reconoce las virtudes heroicas de un Siervo de Dios es un paso importante en una causa de canonización.
Esta aprobación significa que la Iglesia reconoce que un Siervo de Dios ha vivido de manera heroica o sobresaliente las virtudes teologales: la fe, la esperanza y la caridad (el amor).
Lo que sigue en el proceso es esperar a que se obre un milagro por intercesión del Siervo de Dios y que sea reconocido de modo oficial, también a través de un decreto, con lo que se puede proceder luego con la beatificación.
Después, se requiere de otro milagro, que también sea reconocido oficialmente por la Congregación para las Causas de los Santos, con lo que luego se puede proceder a la canonización.