Cómo trabajar para llegar a una relación más fuerte y feliz para la llegada de la Pascua
Con todas las “renuncias” debidas para Cuaresma, ¿por qué no asociarte con tu pareja este año y renunciar a algo juntos con el objetivo de mejorar su relación?
Toda pareja conoce esas pequeñas cosas “obvias” en las que necesitan trabajar. Por ejemplo, mi marido y yo tenemos que dejar de lado los ajustes de cuentas constantes: “Yo llevé a los niños a los entrenamientos cinco veces la semana pasada, ahora te toca a ti…” y “No pienso vaciar el lavavajillas otra vez hasta que alguien haga su parte…”.
Pero la Cuaresma es un tiempo apropiado para prestar atención a cosas más grandes también, más arduas. La Cuaresma debería ser un poquito difícil.
Las cosas dificultosas son las que nos hacen pensar y reflexionar de verdad sobre cómo podemos cambiar y sacrificarnos para servir a los demás y, quizás por encima de todo, a nuestros cónyuges.
Aquí tienen otros ámbitos más grandes de la vida familiar para explorar esa “renuncia” como pareja para trabajar por una relación más sólida y feliz para la Pascua:
- Negatividad
¿Recuerdan sus primeras citas? Probablemente nunca se quejaban a su flamante pareja, siempre querían mostrar su lado positivo porque eso es lo que resulta más atractivo de las personas.
Sin embargo, cuando la relación creció, estrecharon los lazos y ganaron confianza, esa persona tan importante se convirtió en un permanente vertedero de quejas, desahogos y malestares.
Los cónyuges deberían estar ahí como apoyos reafirmantes mutuos, pero nunca deberían subestimar el poder de las palabras. La negatividad suele convertirse en algo adictivo y satisfactorio de una forma insana.
Los comentarios, las conversaciones y los cotilleos negativos con el tiempo pueden llevarlos a una espiral de despojo de las alegrías diarias del matrimonio y de la vida, según explica CatholicMatch.com. Después de un tiempo, las palabras empiezan a personificar al hablante.
Esta temporada, comprométanse a comunicarse solamente arrojando una luz positiva sobre su día, sobre las personas que conocen, sobre lo que ven en las noticias. ¡No será fácil!
Y, por supuesto, habrá cosas malas y problemas que señalar y debatir, pero intenten abordarlos de una forma más proactiva, con empatía y comprensión, de una forma que quizás no hayan verbalizado antes. Cuando se muestra optimismo, se sonríe mucho más, y ¿¡qué hay más atractivo que eso!?
- Consumismo
Nos guste o no, nuestra cartera está íntimamente relacionada con nuestras relaciones, sobre todo entre cónyuges. En muchas familias, el consumismo llega a niveles descontrolados. Simplemente miren en la ducha y pregúntense, ¿de verdad necesitan cinco botes de champú? ¿Era realmente necesario comprar esa camiseta deportiva de oferta en el supermercado?
Unos buenos hábitos financieros no solo ahorran dinero familiar, sino que ayudan a evitar pequeñas (y grandes) trifulcas sobre facturas, deudas de tarjeta y trastos acumuladosen sótanos y armarios… y además también despierta conciencia sobre la ética del consumidor.
Esta Cuaresma, adopten una actitud algo más minimalista. Decidan juntos qué compras del hogar constituyen una “necesidad” y cuáles no, e intenten comprar menos. Algo que nos lleva al siguiente desafío de la lista…
- Acumulación de trastos
No, limpiar y organizar la casa juntos quizás no sea su idea de una cita de ensueño, pero ordenar la casa reducirá sus niveles de estrés y los dejará más felices y más tranquilos. Si de verdad se quieren poner ambiciosos, intenten deshacerse de 40 cosas diferentes, una por cada uno de los 40 días de Cuaresma.
- Tecnología
Coge tu smartphone y mira tu aplicación de mensajería; cuenta cuántos mensajes enviaste a tu cónyuge ayer: ¿los mensajes son su principal forma de comunicación diaria? ¿Quizás el email?
Las parejas modernas no dan prioridad con suficiente frecuencia a reconectar durante el tiempo que están cara a cara. Es probable que tu ordenador o tu móvil hable mucho más con tu cónyuge que tú mismo.
En este caso pueden renunciar “por capas”, hasta donde puedan, basándose en su situación familiar: es imposible renunciar totalmente a los mensajes digitales cuando hay que gestionar horarios infantiles y coordinar reuniones y horas de recoger y llevar.
Sin embargo, puedes decidir no enviar ese vídeo divertido de YouTube a tu esposa durante el almuerzo y, en vez de eso, háblale del vídeo cuando se vean durante la cena.
Entonces, quizás al menos puedan verlo juntos después de fregar los platos. Y aquí viene una idea radical: puedes incluso intentar dejar una nota de vez en cuando en su mochila o bolso. ¿Serías capaz de reconocer su letra?
- Atracón de tele
¡La actividad invernal favorita de todos! Aunque algunas investigaciones señalan que ver juntos la televisión tiene beneficios para las parejas, sigue sin llegar a ser un sustituto para una conexión real y auténtica entre personas.
Esta Cuaresma, calculen cuánto tiempo pasan cada día delante de la pantalla de la tele y acuerden dedicar la mitad de ese tiempo (o tres cuartos… ¡o todo!) a jugar a las cartas, ir a pasear, estirarse en el suelo o incluso a leer juntos la Biblia.
Sí, quizás renuncien a saber qué está sucediendo en su serie favorita al mismo tiempo que el resto del mundo, pero estarán consiguiendo algo mucho más satisfactorio y duradero a cambio.