Había preferido mantener cierta distancia al contenido de las series populares de Netflix pero es casi imposible no hacerlo por la cantidad de información y publicidad que se le dan en redes sociales.
Hablaré de dos series en concreto: La casa de las Flores y Elite, ambas empapadas de ideología de género. Me atrevo a escribir porque las vi por completo y esta es mi opinión de ambas, en donde se abordan temas controversiales que están al alcance de todos, niños y adultos.
¿Qué responsabilidad social tienen estas industrias de entretenimiento en casa y cuáles son las repercusiones sociales? ¿Será esta una de las nuevas formas de manipulación mediática?
Empecemos por “La casa de las Flores”: En esta serie podemos ver la transformación de una familia “tradicional” que se ve enviciada por los pecados sociales actuales como las drogas, la pornografía entre otros temas de “aceptación” como la Infidelidad, drogas, sexo, bisexualidad y transexualidad. Durante la trama podemos observar una serie de alertas disfrazadas de comedia y drama, como es el desmembramiento del núcleo familiar a causa de las infidelidades del marido, las adicciones de la mamá y los negocios turbios de prostitución y promiscuidad de los hermanos.
Continuando con las polémicas series de Netflix nos encontramos con “Elite”: Esta historia no es larga y tampoco compleja, no es más que la ya conocida división de clases sociales. Historias enlazadas entre adicciones, corrupción y explotación es como se desarrolla esta serie. Podemos notar durante el transcurso a una sociedad “elitista” privilegiada que no le importa pasar por encima de cualquier persona para conservar su nivel de vida. Es preocupante que en esta serie podemos remarcar como la discriminación es el motor de toda la trama, como las diferencias económicas definen el valor entre una vida y otra, entre la justicia y la libertad donde los menos privilegiados son aplastados por un sistema donde el dinero define quien eres.
Ahora bien el análisis es como la ideología de género ha invadido las series que se encuentran al acceso inmediato de la población. En ambas podemos notar una constante de ataques a la familia con los vicios característicos de la sociedad actual como la ruptura de los lazos familiares por las drogas y las adicciones, la permisividad e hipersexualización fomentado por la promiscuidad, la división injusta de clases sociales y el paso evidente sobre la dignidad humana.
Cuestiono realmente a los padres de familia que dan acceso a sus hijos a este tipo de medios de entretenimiento sin supervisión sobre el contenido que se observan en estas plataformas como Netflix. Los jóvenes en la actualidad comienzan a ver normal y cotidiano la ruptura de las familias, la falta de compromiso producto de una sociedad liquida carente de lazos genuinos como menciona Bauman y la permisividad por una sociedad que adormece su conciencia para no permitir que se genere un juicio propio.
Las redes sociales están envueltas de contenido que de alguna u otra manera te obliga a ser espectador de estas series y a la vez participe de su publicidad. Invito a los lectores en esta ocasión a ser más críticos a la hora de adoptar una serie para pasar un tiempo en familia o para verla individualmente.
Busquemos contenido que edifique los valores de la familia y la dignidad humana, del bien común y la justicia como aliados en la formación de las futuras generaciones, a la vez, expliquemos a los más chicos porque no ver estas series “populares” para generar una conciencia de discernimiento.
¡Nos leemos pronto!
Fuente: International Youth Coalition
Autor: Valdes Rodriguez María José