A los 33 años, Jareth Nebula dice haber rechazado los “géneros humanos” y asegura ser un ser “extraterrestre”. Nacida mujer, hace cuatro años, cambió su nombre legalmente, basada en Labrynth y Nebula, de David Bowie.
“Después de reconocerme como transgénero y creyendo que finalmente me había encontrado, me di cuenta de que estaba equivocada: no era hombre ni mujer, ni siquiera humana”, ha expresado.
Nebula reconoce que su posición es inexplicable desde la lógica: “No pienso ni me siento como los humanos. Realmente no puedo explicárselo a los demás, simplemente soy de otro mundo”. Y añade:
“Sé que estoy atrapada en una forma humana y así es como me perciben los demás, pero para mí, soy un extraño sin género”.
La única peculiaridad certificada por la ciencia de Jareth es que está diagnosticada del síndrome de Ehlers-Danlos, una afección del tejido conjuntivo que produce una elasticidad extraordinaria de su piel y un mayor rango de movilidad articular. Esto va a compañado de fuertes dolores.
Aunque en su adolescencia y juventud se reconoce como una “mujer híper femenina”, a los 29 años decidió que era un hombre trans. Así comenzó un proceso de hormonación con suplementos inyectables de testosterona y se sometió a una cirugía de extirpación de sus pechos.
Jareth considera que “si alguien quiere identificarse como algo, incluso con un animal, déjalo”
“Pensé que ser un hombre trans resolvería todos mis problemas y batallas internas para descubrir quién era yo, pero no estaba tan feliz como esperaba”, reconoce al rotativo británico Mirror.
“Sentí que estaba tratando de encajar en la caja de otra persona. no quería estar restringido; fue entonces cuando descubrí que era un ser agénero”, incide, para añadir: “Siempre me obsesioné con los extraterrestres y con lo que significa ser extraterrestre, por lo que la idea de ser un extraterrestre completo encaja perfectamente como una identidad para mí”.
Siguiendo este camino, Jareth además de eliminar sus senos femeninos, retiró sus pezones. Del mismo modo, se afeita las cejas para parecer menos humana y, para mayor indetificación extraterrestre, se ha tatuado 78 estrellas en el cuerpo, aunque aspira a tener 333 ya que “el tres siempre ha sido mi número de la suerte”.
Aunque no goza de muchos apoyos en su vida -ni siquiera del de su familia, que aceptó su paso de mujer a hombre trans, pero que no compartió su nueva identidad extraterrestre- Jareth considera que “si alguien quiere identificarse como algo, incluso con un animal, déjalo”.
“Estoy feliz con quien soy y seguiré haciéndome más extraña cada día”, asegura.
El de Jareth no es el primer caso conocido de alguien que se considera extraterrestre y que ha utilizado la cirugía y el discurso de la ideología de género para ello.