De acuerdo con un reciente informe de NBC News, el número de embriones humanos “abandonados” en los Estados Unidos podría ser de millones.
La Dr. Christine Allen, embrióloga veterana y fundadora de Elite IVF, manifestó a NBC News que la mayoría de las clínicas de fertilidad “fertilizan” muchos más óvulos de los que planean usar cuando realizan la fertilización in vitro. Como consecuencia, los embriones excedentes son congelados indefinidamente.
Elite IVF, una “agencia mundial de fertilidad para futuros padres, donantes de óvulos y sustitutos”, trabaja con docenas de clínicas de fertilidad en todo el país para implementar tecnología de punta y solucionar los problemas que enfrentan.
“Algunas mujeres tienen 40, 50 o 60 óvulos recuperados en un ciclo y el embriólogo recibe las órdenes del médico para que insemine todos los óvulos, y la pregunta que no se hace es si la paciente quiere tantos óvulos inseminados. Nadie va a tener 30 hijos”, dijo Allen a NBC News.
Asimismo, varios médicos de fertilidad manifestaron que muchas clínicas consideran que los embriones se abandonan después de que los pacientes dejan de pagar las tarifas de almacenamiento y no responden a los intentos de la clínica en contactarlos.
De acuerdo con el medio, aproximadamente un tercio de todos los embriones congelados en una clínica de fertilidad en Fort Myers han sido descartados o abandonados. Además, las tarifas de almacenamiento para embriones congelados oscilan generalmente entre 500 y 1.000 dólares por año, dependiendo de la clínica.
Ni los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, ni la Sociedad de Tecnología de Reproducción Asistida solicitan que las clínicas de fertilidad informen cuántos embriones han sido abandonados. Según los médicos, los embriones congelados podrían durar hasta 100 años
El P. Tad Pacholczyk, director de educación del Centro Nacional de Bioética Católica, afirmó que las parejas que se sometieron previamente al procedimiento de fertilización in vitro deberían considerar establecer fondos fiduciarios para sus embriones a fin de garantizar que las tarifas de almacenamiento se paguen indefinidamente.
“Crear un fondo fiduciario para el embrión congelado muestra que una pareja se está haciendo responsable de lo que crearon. Para mí, la complejidad de la situación sobre qué hacer con estos embriones en exceso es un poderoso recordatorio de que cuando cruzas las líneas morales, hay que pagar un precio”, dijo el sacerdote.
Anteriormente, el P. Pacholczyk dijo que para los embriones ya creados y congelados, no parece existir ninguna otra opción moral que no sea mantenerlos de esa manera.
Aunque se han establecido organizaciones para recolectar embriones abandonados con fines de investigación, el P. Tad Pacholczyk manifestó a inicios de agosto a CNA – agencia en inglés del Grupo ACI – que cualquier investigación realizada con células madre, incluso con fines encomiables, como los esfuerzos para curar enfermedades, no puede implicar la destrucción de embriones o la creación de embriones específicamente para investigación.
“Los investigadores deben utilizar células madre pluripotentes inducidas u otros tipos de células madre, como las células madre adultas, en lugar de células madre embrionarias que se han obtenido de manera destructiva de embriones humanos”, explicó.
Además, los embriones cuyos padres no firman la documentación necesaria para permitir que sean utilizados en investigaciones, permanecen “atascados”.
Por su parte, la Iglesia Católica hace hincapié en que todas las personas humanas, incluidas las que están en estado embrionario, tienen una dignidad humana invaluable.
En 1998, la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos publicó un documento explicando que “la Iglesia ha juzgado clara e inequívocamente que la fertilización in vitro es inmoral”.
En ese sentido, en la instrucción Dignitatis personae de 2008, la Congregación para la Doctrina de la Fe señaló que los usos típicos de los embriones ya congelados, como el tratamiento de enfermedades, de la infertilidad e incluso la “adopción prenatal”, presentan desafíos éticos y dejan a los embriones “susceptibles a más ofensas y manipulación”.
“La práctica de la transferencia de embriones múltiples implica un tratamiento puramente utilitario de los embriones”, señalaron en el documento.
“Uno se sorprende por el hecho de que, en cualquier otra área de la medicina, la ética profesional ordinaria y las propias autoridades sanitarias nunca permitirían un procedimiento médico que implicara un número tan alto de fallas y muertes. El deseo de un niño no puede justificar la ‘producción’ de la descendencia, así como el deseo de no tener un hijo no puede justificar el abandono o la destrucción de un hijo una vez que ha sido concebido”.
También citó un discurso del Papa San Juan Pablo II dado en 1996, en el que llama “a la conciencia de las autoridades científicas del mundo y, en particular, a los médicos, para que se detuviera la producción de embriones humanos”, pues “los miles y miles de embriones ‘congelados' son y siguen siendo sujetos de derechos esenciales y, por lo tanto, deben ser protegidos por la ley como personas humanas”.
El Papa Francisco ha dicho que no hay resultados que puedan justificar el uso o la destrucción de embriones con fines científicos, incluida la investigación dirigida a curar enfermedades.
“Algunas ramas de la investigación, de hecho, utilizan embriones humanos, causando inevitablemente su destrucción. Pero sabemos que ningún fin, incluso noble en sí mismo, como una utilidad prevista para la ciencia, para otros seres humanos o para la sociedad, puede justificar la destrucción de embriones humanos”, expresó el Pontífice durante la audiencia general el 18 de mayo.
Fuente: ACI prensa