¿Alguna vez habías oído acerca de las 15 promesas de la Virgen María a quienes rezaran el Santo Rosario regularmente?
Cuando nuestra bendita Madre se apareció ante Santo Domingo y le dio la devoción del Santo Rosario, ella también le dio 15 promesas de beneficio espiritual a aquellos que lo rezaran.
Muchos historiadores discuten sobre la veracidad de estas promesas ya que no se tiene evidencia de ellas sino hasta dos siglos después de la muerte de Santo Domingo de Guzmán. Sin embargo nos sirven como una inspiración más para rezar el Santo Rosario.
Estas son las 15 promesas:
1) El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2) Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
3) El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.
4) El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!.
5) El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá.
6) El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en la gracias, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna.
7) Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia.
8) Quiero que todos los devotos de mi Rosario tenga en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.
9) Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.
10) Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular.
11) Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12) Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13) Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo.
14) Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
15) La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.