Este 25 de marzo, coincidiendo con la Solemnidad de la Anunciación del Señor, se conmemora en varios países el Día del Niño por Nacer, una celebración que se inició en Argentina y en la que tuvo un importante papel San Juan Pablo II.
La historia se inició el 13 de noviembre de 1998, cuando el Papa peregrino recibió en Roma al entonces presidente de Argentina, Carlos Saúl Menem. Durante la audiencia privada, el mandatario le propuso establecer la celebración.
Luego el exmandatario -que falleció el pasado 14 de febrero a los 90 años-, conversó del tema con el entonces Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Angelo Sodano.
Menem también asistió a la Misa que presidió el Papa San Juan Pablo II en la Iglesia Nacional Argentina en Roma.
En su homilía, el Santo Padre resaltó la importancia que tiene para Argentina la Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de Luján, patrona del país.
“Virgen de Luján, cuida al pueblo argentino, sostenlo en la defensa de la vida, consuélalo en la tribulación, acompáñalo en la alegría y ayúdalo siempre a elevar la mirada al Cielo, donde los colores de su bandera se confunden con los colores de tu manto inmaculado”, dijo el Papa.
Menos de un mes después, Menem y su canciller Guido Di Tella firmaron el decreto 1406/98, que establece que cada 25 de marzo se celebre el Día del Niño por Nacer. La celebración ocurrió por primera vez en 1999.
El decreto fue firmado el 8 de diciembre de 1998, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, y señala, entre otras cosas, que “el nacimiento más celebrado en el mundo por cristianos y no cristianos es el del Niño Jesús”.
Según informó el diario argentino La Nación en diciembre de 1998, “Menem había manifestado su intención de crear esta fecha especial durante su encuentro con el Papa Juan Pablo II, en noviembre último”.
El decreto que establece el Día del Niño por Nacer también “reafirma el compromiso de este gobierno con las causas de la humanidad, así como lo ha hecho en los foros internacionales de El Cairo, en 1994, Copenhague y Pekín, en 1995, y Estambul, en 1996”.
“Tomando en cuenta que habitualmente se designa un día en el calendario para conmemorar los hechos más relevantes del género humano, se considera apropiado y necesario dedicar un día en el ámbito nacional al niño por nacer“, agrega el documento.
El decreto también resalta que el Día del Niño por Nacer busca “invitar a la reflexión sobre el importante papel que representa la mujer embarazada en el destino de la humanidad y el valor de la vida humana que porta en su seno”.
Poco antes de establecer la celebración, Menem escribió una carta a todos los presidentes de América Latina, así como a los de España, Portugal y Filipinas, pidiéndoles unirse a esta iniciativa.
En la actualidad, Guatemala, Costa Rica, República Dominicana, Perú, El Salvador, Uruguay, España, Brasil, México, Austria, Eslovaquia, Ecuador, Cuba, Chile y Filipinas celebran el Día del Niño por Nacer.
Con esta celebración se resalta la importancia del derecho a la vida de los no nacidos y se expresa el rechazo al crimen del aborto, legalizado en Argentina en diciembre de 2020 bajo el impulso del actual presidente, Alberto Fernández.
Otra razón para declarar el 25 de marzo como Día del Niño por Nacer es que ese día, en 1995, Juan Pablo II publicó en encíclica Evangelium Vitae (El Evangelio de la Vida), en la que manifiesta su clara defensa del derecho a la vida y rechaza las amenazas contra ella como el aborto y la eutanasia.
“La gravedad moral del aborto procurado se manifiesta en toda su verdad si se reconoce que se trata de un homicidio y, en particular, si se consideran las circunstancias específicas que lo cualifican. Quien se elimina es un ser humano que comienza a vivir, es decir, lo más inocente en absoluto que se pueda imaginar: ¡jamás podrá ser considerado un agresor, y menos aún un agresor injusto!”, afirma el Papa en el texto.
Fuente: ACI prensa