La restauración de las degradaciones causadas por el incendio de Saint-Sulpice, por ejemplo, tendrá un costo de varios centenares de millones de euros
El pasado mes de febrero ForumLibertas informaba que el Observatorio de la Cristanofobia en Francia había publicado una información en la que narraba el ataque sucedido contra la librería cristiana Siloë en Perpignan. “La librería cristiana Siloë, destrozada”, titulaba el Observatorio, que informó sobre los hechos: el gerente descubrió los destrozos este 19 de febrero, por la mañana.
Estos ataques cristianofóbicos no son aislados, como ya apuntaba el artículo. Ahora se ha sabido que en una semana -7 días- Francia ha visto hasta 12 iglesias profanadas en distintos puntos del país.
La ola anticristiana dejaba en Nimes la iglesia Notre-Dame des Enfants (Nuestra Señora de los Niños) profanada: los que perpetraron el ataque dejaron una cruz pintada con excrementos humanos, saquearon el altar mayor y el sagrario y robaron las hostias, que fueron arrojadas más tarde en la basura, para ser posteriormente encontradas.
Del mismo modo, la iglesia de Notre-Dame en Dijon sufrió un robo: las hostias sagradas fueron sustraídas del altar mayor para posteriormente tirarlas al suelo y ser pisadas.
También en Lavaur la iglesia del pueblo fue asaltada por unos jóvenes que estarían bajo los efectos del alcohol y el Cristo crucificado fue torcido para hacer creer que hacía un gesto obsceno.
En la periferia de París varias iglesias han sufrido degradaciones de diversa importancia, en Maisons-Laffitte, en Houilles.
La conexión, el anticristianismo
Sin que estén conectados entre sí todos estos atentados anticristianos revelan un estado de ánimo agresivo contra la Iglesia en el país.
También otras religiones sufren las iras antirreligiosas: bandas antisemitas han profanado cementerios judíos con cruces gamadas, por ejemplo.
La jerarquía religiosa prefiere guardar púdico silencio. La Conferencia episcopal francesa y varias personalidades se han limitado a subrayar esa amenaza anticristiana, esperando que la autoridad política y policial haga su trabajo. En ese marco, quizá tenga particular importancia el incendio de la iglesia de Saint-Sulpice, no lejos de la de Saint-Germain-des-Prés, dos emblemáticos monumentos nacionales.
La Policía está convencida del carácter criminal de esta acción, en domingo y poco después de la misa de doce, con el templo ya vacío. Un sacerdote de la parroquia vio en días pasados a un individuo que prendía fuego a maderas en las inmediaciones, pero no dio importancia al incidente sin aparente trascedencia. La Policía busca al posible sospechoso.