Tras el huracán Katia y el terremoto del pasado 7 de septiembre que afectaron buena parte del Golfo de México y el sureste mexicano, la Iglesia católica trabaja de manera organizada tanto al interior del país como con organizaciones internacionales para atender la emergencia humanitaria en la que han quedado centenares de comunidades.
Para atender la emergencia, que consiste en ayudar de manera inmediata a las personas que han perdido sus hogares y se encuentran incluso incomunicadas en zonas altamente vulnerables, la Iglesia católica tanto por regiones como a nivel nacional ha lanzado sendas convocatorias para que los fieles participen en colectas de víveres y medicamentos; así como en campañas de ayuda económica, cuyos recursos se destinarán incluso para una etapa futura de reconstrucción.
El sacerdote Rogelio Narváez, secretario ejecutivo de Cáritas Mexicana y la Comisión Episcopal de Pastoral Social, explicó que las zonas más afectadas por los fenómenos naturales se encuentran en Veracruz (especialmente en Minatitlán), en Oaxaca y buena parte de Chiapas por lo que declararon una alerta nacional de ayuda a las zonas devastadas. A una semana de la crisis, la colecta de las parroquias y organizaciones católicas suma más de un millón y medios de pesos, aunque se tiene registros de donaciones de entre 7 y 9 millones de pesos logradas por los católicos tras los destrozos del huracán Odile (2014) y el terremoto en Haití (2010).
Aunque muchos templos y parroquias también sufrieron graves daños a su infraestructura, las iglesias locales y vecinas a las zonas de desastre han sido solidarias al ofrecer sus espacios como refugios temporales para damnificados, como centros de acopio y de distribución de las toneladas de víveres que desde todas las regiones del país han enviado a las ciudades devastadas.
Según lo informó el obispo secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Alfonso Miranda Guardiola, aún no es posible cuantificar el grado de afectación que dejaron tanto el huracán como el terremoto en edificios y templos pero se tiene un registro preliminar extraoficial de 122 templos dañados. Según otros datos 71 iglesias católicas muestran daños de entre el 60 y 80% en sus estructuras, las autoridades religiosas han cerrado al menos otros 15 templos en la Arquidiócesis de Oaxaca y se revisan otros 40 templos para descartar fallas estructurales potencialmente riesgosas para los fieles.
Miranda también aseguró que, según los informes de los obispos de la región (principalmente de los titulares de Tehuantepec, Tapachula, Antequera-Oaxaca y la prelatura de Mixes), más de 20 comunidades podrían estar completamente incomunicadas sin que se conozca aún el grado de daños en la población, en los hogares y templos.
Narváez explicó que, aunque aún no se ha lanzado una alerta de solicitud de ayuda a nivel internacional, Cáritas Mexicana ha recibido ayuda concreta por parte de organismos de inspiración cristiana internacionales como Catholic Relief Services y World Vision (EU); así como de estructuras episcopales, diocesanas y de congregaciones religiosas concretas como de las Iglesias católicas en Alemania, Noruega, España, Francia, Corea del Sur (que ya ha designado 50 mil dólares para la reconstrucción en México) y la comunidad de los Misioneros del Espíritu Santo quienes también se han comprometido a levantar al menos 40 casas para las familias damnificadas.
Para apoyar con la ayuda humanitaria y económica a través de monederos electrónicos que Cáritas Mexicana tiene prevista enviar a las zonas afectadas de Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Baja California Sur (tras el huracán Lidia) se pueden hacer donativos a nombre de Cáritas Mexicana IAP. BBVA Bancomer. Cuenta 0123456780. CLABE 012180001234567815