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Sacerdote secuestrado en Nigeria
Sacerdote secuestrado en Nigeria

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Está vivo el sacerdote secuestrado en Nigeria; ayer llamó a su madre: “Estoy bien”

Maurizio Pallù, itinerante del Camino neocatecumenal, fue secuestrado el viernes pasado por un grupo armado. Avanzan con la mayor cautela las negociaciones para su liberación

Se encuentra vivo y bien Maurizio Pallù, el sacerdote italiano del Camino neocatecumenal que fue secuestrado en Benin City, en el sur de Nigeria. La madre del sacerdote refirió que recibió una llamada telefónica el domingo 15 de octubre alrededor de las 20 horas, con la que su hijo la tranquilizó sobre sus condiciones de salud y en la que dijo que dentro de algunos días será liberado por sus secuestradores. Esta hipótesis no ha sido confirmada. La mujer, de 92 años, dio a conocer la noticia durante una vigilia de oración dedicada al sacerdote y a su liberación que se celebró ayer por la noche en la parroquia de Santa Lucía La Sala, al norte de Florencia.

Mourizo Pallù, de 63 años, se convirtió en sacerdote de frontera entre Nigeria, Italia, Holanda y el Reino Unido, además de ser un «misionero de raza que anunciaría el Evangelio hasta a las piedras», según indicó a Vatican Insider Alessandro Tucci, párroco de Signa y amigo suyo desde hace bastante tiempo, además de «hermano» suyo en la comunidad de referencia de San Bartolomé en Tuto. Desde hace tres años se encuentra en África su «gran amor», a donde había ido cuando era laico de 1983 a 1986, durante la misión en Abuya.

Hace 15 días Pallù volvió al continente negro, a donde envió este verano a cincuenta italianos, principalmente jóvenes, para que llevaran a cabo la misión en las calles, en las escuelas y en las cárceles de Nigeria. Pero el mes de octubre fue un poco difícil para Maurizio: el sacerdote, contó Tucci, vivía dudando volver a África o quedarse en Florencia para no dejar a su madre anciana. Pero la señora Laura fue la que tranquilizó a su hijo diciéndole que no se preocupara por ella y que fuera «a anunciar el Evangelio», misión mucho más importante que cuidarla. Y esta tarea, cuidarla, la están llevando a cabo las demás mujeres de su comunidad, las amigas y las vecinas de casa que están tratando de mantenerla alejada de los periodistas y de los curiosos.

Pallù, pues, volvió al país africano en cuyo norte operan grupos extremistas, en primer lugar los escuadrones de Boko Haram, y cuyo centro, en las aldeas, criminales que buscan obtener dinero fácil. Parece que uno de estos últimos grupos armados hayan asaltado al padre Pallù el sábado 14 de octubre a las 13.30 mientras se dirigía hacia Benin City con otras personas, para participar en un encuentro de catequesis. Todos ellos fueron asaltados (perdieron el poco dinero que llevaban y una computadora), pero solamente el sacerdote fue secuestrado, tal y como indicaron las agencias de prensa. Sin embargo, fuentes locales indicaron en estas horas que hay otras personas secuestradas con Maurizio.

No se trata de la primera vez que el misionero sufría un asalto: en febrero de 2016 le pasó más o menos lo mismo en la misma zona de Nigeria, en donde lo tuvieron secuestrado durante un día. La cuestión fue resuelta gracias a las autoridades locales.

En cambio, este segundo secuestro es más alarmante, tanto que se activó inmediatamente la unidad de crisis del Ministerio del Exterior italiano; además, la procuraduría de Roma abrió una investigación por el delito de secuestro con fines de terrorismo. Las negociaciones proceden con la mayor cautela para evitar problemas. La pista más probable (y la llamada telefónica a su madre podría confirmarlo) parece ser la de un «secuestro económico» por parte de delincuentes del lugar que suelen llevar a cabo estos delitos para obtener recursos económicos. Sobre todo contra sacerdotes, como ha sucedido en los últimos meses. Y es más comprensible que haya sucedido con un sacerdote «blanco» e italiano.

El secuestro de Pallù despertó la preocupación en varios sectores, empezando por el Papa Francisco que, mediante su vocero Greg Burke, indicó que estaba rezando para él. También han expresado su preocupación el vicario de Roma, Angelo De Donatis, y el presidente de la Conferencia Episcopal de Italia, el cardenal Gualtiero Bassetti, quienes han lanzado llamados por su liberación, aprovechando que se está llevando a cabo la reunión de la Conferencia Episcopal de Nigeria. También el iniciador del Camino neocatecumenal, Kiko Argüello, ha expresado su cercanía y ha llamado a la madre del sacerdote para expresarle su cercanía.

Las comunidades de las diferentes parroquias en donde Maurizio ha prestado sus servicios (desde Scandicci hasta Harleem, desde Londres hasta Casal Palocco, en la diócesis de Roma), al enterarse del secuestro, organizaron inmediatamente cadenas de oración y celebraron misas por este sacerdote que convirtió la cercanía por los últimos, sobre todo por los africanos, en el objetivo de su acción siguiendo las huellas del padre Daniele Comboni, su figura de referencia. Y en varias ocasiones Maurizio ha declarado que está listo para «aceptar la voluntad de Dios en cualquiera de sus formas», incluso la del martirio.

lastampa

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