En el debate (moral, social, jurídico, político) sobre el aborto, todo parece estar dicho ya, no quedando al descubierto sino dos opciones radicales:
la cultura de la muerte y del descarte, que “legitima la muerte de un inocente”, y la cultura de la vida, que considera inviolable y digna de protección la vida humana desde que existe de forma diferenciada, esto es, desde el momento mismo de la concepción.
Sin embargo, un artículo de Stephanie Gray en su blog plantea ocho cuestiones con perspectivas originales que pueden ser muy útiles en cualquier discusión sobre el tema:
1. ¿Desde qué punto medimos la viabilidad?
Cuando se discute Roe vs Wade, la gente a menudo habla de la viabilidad. Algunos argumentan que el aborto es aceptable si el niño no puede sobrevivir fuera del vientre materno. En general se considera que un niño no nacido es viable alrededor de la semana 24 de gestación.
Pero consideremos la etiqueta 24 semanas y lo que implica: llegar a las 24 semanas implica que empezamos a medir el paso del tiempo 24 semanas antes. ¿Qué pasó en ese momento? La unión del espermatozoide y el óvulo, conocida como fecundación. Dado que empezamos a contar a partir de este momento, esto significa que se acepta que la vida empieza no a las 24 semanas, sino 24 semanas antes.
2. Si el aborto, en el caso de que peligre la vida de la mujer, se permite después de la viabilidad, ¿por qué no sacar al niño vivo y no muerto?
Los defensores del aborto indican que a veces es “necesario” después de la viabilidad porque la embarazada podría morir si no aborta. Dado que en estos periodos avanzados de embarazo el niño puede sobrevivir fuera del vientre materno, ¿por qué matar al niño? ¿Por qué no provocar el parto y poner al bebé en una incubadora?
3. ¿Un test de embarazo negativo ha llevado alguna vez a un aborto?
Sabemos que la respuesta es: “Obviamente no”. Por lo tanto, ¿qué le está diciendo el test positivo de embarazo a una mujer? Le está diciendo que su cuerpo embarazado no es el único cuerpo presente, sino que hay otro individuo presente en él. ¿Y quién es este individuo? Un niño. Y no un niño cualquiera. Es su hijo. Por lo tanto, hay una pregunta que tenemos que plantear: ¿qué espera de los padres la sociedad? ¿Espera que cuiden a sus hijos o que los maten?
4. Si el aborto es una cuestión del derecho de la mujer sobre su propio cuerpo, ¿cuándo empieza ese derecho?
Hace algunos años, la revista The Economist publicó un reportaje sobre la desaparición de cien millones de mujeres del mundo debido al aborto y al infanticidio selectivo. ¿No es interesante el hecho de que el aborto suela promocionarse como pro-mujer y, sin embargo, un gran número de mujeres sean asesinadas en el vientre materno precisamente porque sus cromosomas sexuales son XX? ¿Acaso las niñas no nacidas no tienen derecho a sus cuerpos?
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5. ¿Qué dice la ley cuando una mujer sentenciada a muerte está embarazada?
Todos los estados de Estados Unidos en los que es legal la pena de muerte prohíben la ejecución de mujeres embarazadas. Además, la Alianza Internacional de las Naciones Unidas sobre los Derechos Civiles y Políticos declara que “la pena de muerte no debe… ejecutarse en mujeres embarazadas”. La gente discute si quienes han sido juzgados culpables deben ser o no condenados a muerte, pero todos coinciden en que los inocentes no deben ser condenados a muerte. No aplicar la pena capital a una mujer culpable por la única razón de que está embarazada es reconocer que dentro de su cuerpo hay un niño inocente.
6. ¿Qué nos dicen sobre el aborto los procedimientos abortivos y los defensores de esta práctica?
En al manual sobre el aborto de la National Abortion Federation (A Clinician's Guide to Medical and Surgical Abortion), en el capítulo 10 (del cual es coautor el abortero Martin Haskell) se hace referencia a “Fetocidal Techniques [técnicas fetocidas]”. ¿Cuál es el significado de “-cida”? Matar. No matamos aquello que no tiene vida. Por lo tanto, hablar de matar al feto es, de nuevo, admitir que el niño no nacido vive.
Ese capítulo sobre abortos por dilatación y extracción después de las 12 semanas de gestación, hace referencia también a “algunos elementos de embarazo” como “la médula espinal y el cráneo”. La médula espinal y el cráneo ¿de quién? Claramente, no de la mujer embarazada. Esas son partes del cuerpo del niño. Si reconocemos estas partes importantes del niño, más aún deberíamos reconocer al niño al que pertenecen, ¿no?
No matamos aquello que no tiene vida. Por lo tanto, hablar de matar al feto es, de nuevo, admitir que el niño no nacido vive.
Más: si bien Planned Parenthood es famosa por cometer abortos, es curioso que hace algunas décadas hiciera un asombroso reconocimiento: en un opúsculo de 1952 sobre control de natalidad, a la pregunta: “¿Se puede considerar al aborto como control de la natalidad?”, respondía: “Ciertamente no… Un aborto… mata la vida del niño una vez que ya ha empezado”.
7. ¿Qué sucedió con Roe, de Roe vs Wade?
La mayoría de las personas no sabe que la mujer real, Norma McCorvey, denominada Roe en Roe vs Wade, nunca tuvo el aborto que llevó el caso hasta el Tribunal Supremo. Es más: posteriormente se convirtió en provida y quiso que la sentencia fuera anulada.
8. ¿Cuál es el amor más grande? ¿Y su opuesto?
Así lo explica este vídeo del portal provida Abort73: Si lo contrario del amor es el odio, lo contrario del mayor amor es el mayor odio. Si el mayor amor es sacrificar la propia vida por otro, el mayor odio es sacrificar la vida de otro por la propia. Por tanto, lo contrario del mayor amor es el aborto. Aunque el aborto no parezca odio, actúa como odio.
Desde un punto de vista cristiano, el amor más grande lo vemos en la persona de Jesucristo: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (Juan 15, 13) y “Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros” (Lucas 22, 19). Incluso las personas no religiosas aceptan este principio; por ejemplo, los bomberos que entraron en los edificios en llamas el 11 de septiembre de 2001. Sus acciones fueron un ejemplo del amor más grande. Si el amor más grande dice: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros”, entonces lo opuesto de este amor es: “Esto es vuestro cuerpo, que se entrega por mí”.
Mientras que la maternidad, paradigma de la gratuidad, declara: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por ti”, su opuesto, reflejado en el aborto, exige con egoísmo: “Este es tu cuerpo, que se entrega por mí”.
Fuente: lafamilia.info