Todos nacemos de una mujer, por lo tanto, tenemos una mamá de forma natural, pero hay situaciones en las cuales, por pobreza, desinformación o enfermedad, los bebés son entregados a casas hogar en donde se buscará a la mejor familia que sustituya a la natural, pero te has preguntado ¿cómo viven las mujeres la maternidad a través de la adopción y cómo es el vínculo con sus hijos?
Según la Convención de los Derechos del Niño de 1989, uno de los derechos básicos de todo niño o niña es el de tener una familia. Cuando la familia biológica no puede proporcionarles los cuidados necesarios para vivir y desarrollarse en su propio seno, puede ser dado en adopción, de forma que esos cuidados sean, entonces, proporcionados por una familia adoptiva.
Existen muchos mitos acerca de la maternidad por adopción, sin embargo lo que es una verdad es que cuando una mujer decide acudir a una institución a solicitar una adopción, llega totalmente convencida de querer ser madre. Según los expertos, la mayoría de las personas le damos mucha importancia al tema biológico y dejamos a un lado las construcciones emocionales que se generan con la convivencia y la cotidianeidad.
Al igual que las madres biológicas, las madres adoptivas también pasan por un periodo de espera en donde ellas no saben cómo será físicamente su bebe, que sexo tendrá y nunca lo han visto, pero en el momento en que se los entregan saben que ese bebe es suyo y era lo que su corazón estaba esperando con tanta ilusión.
Tanto las madres biológicas como las madres adoptivas tienen como objetivo proporcionar un bienestar físico y emocional a sus hijos. Crean vínculos emocionales sólidos y le proporcionan el sentido de pertenencia a este primer grupo social que es la familia.
Aunque, la percepción social de la adopción ha cambiado, de ser un fenómeno invisible, del que no se hablaba, a ser un fenómeno socialmente visible y plenamente aceptado, todavía es frecuente encontrar madres adoptivas que mantienen en secreto la adopción de sus hijos. Sin embargo es fundamental que llegado el momento se hable con la verdad a los niños y se les explique de dónde viene y como llegaron a formar parte de su familia. Ellos tienen derecho a conocer su origen. De esta manera se afianzará la confianza que debe prevalecer dentro de todas las familias.
Es importante no perder de vista que con la adopción se trata de buscar el interés superior del menor, proporcionándole una familia. No se trata de dar solución al deseo o necesidad de los adultos de ser padres o madres, aunque ellos también se verán beneficiados, cumpliendo su anhelo de paternidad o maternidad.
La adopción es un camino precioso de llegar a la bendición del amor de los hijos, con todos los retos que eso supone, pero también con los logros, felicidades y las sonrisas que hay a diario cuando uno se convierte en padre o madre. Recuerda que para mantener un vínculo amoroso entre padres e hijos en la familia está la solución.
Por: Verónica González, especialista de Red Familia
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