La Comisión de Derechos Humanos de la ONU ha decidido aceptar los comentarios de todos los países participantes en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en especial en el apartado de Derecho a la Vida.
Y como cada vez que todo el mundo es libre de opinar gratuitamente y sin consecuencias sobre algo, algunas barbaridades salen a relucir.
En este caso ha sido Dinamarca quien propone que se elimine el concepto de “mujer embarazada” por tratarse de un término transfobo que excluye a los hombres de esta ecuación.
Y es que desde que muchos países han aceptado la ideología de género los ‘hombres embarazados’ son una realidad. Aunque habría que preguntarse si realmente son hombres los que se embarazan o son más bien mujeres operadas pero que conservan el útero.
Dinamarca es pionero en temas de ideología de género, ya que, por ejemplo, ha sido el primer país del mundo en eliminar el concepto transgénero del listado de enfermedades mentales, por lo que ha pasado a ser una característica como ser zurdo.
Derecho de la vida para todos menos para el feto
Pero las sugerencias del pequeño estado europeo no se han quedado ahí, y también quiere incluir el aborto dentro del apartado del derecho a la vida.
Y es que, como remarca el Ministerio de Relaciones Exteriores del país “aunque el derecho a la vida es fundamental, se debe tener cuidado con no vincularlo con todos los aspectos posibles de las violaciones a los derechos humanos”.
Para Dinamarca el derecho a la vida no debe restringir el derecho al aborto o a la eutanasia
Es decir, que se considere derecho a la vida un feto fruto de una violación, que ponga en riesgo la vida de la madre o que porte alguna irregularidad genética -los supuestos generales del aborto-, ya que es el derecho de la madre el que prima, no el del bebé.
E insiste el Gobierno danés que en el documento de la ONU se habla de “reconocer y proteger el derecho a la vida de todos los seres humanos”. Una afirmación que no debe interpretarse de manera restrictiva porque restringiría el derecho de las personas al aborto o a la eutanasia.
Estas son las aportaciones al epígrafe sobre el derecho a la vida de un país que dona 31 millones de dólares a promover el aborto en el mundo mientras realiza campañas para incrementar la natalidad.