Las enfermeras, enfermeros, doctoras y doctores asignados a las áreas COVID, como personas de fe, pueden dar consuelo espiritual a los pacientes.
Muchos pacientes afectados por el coronavirus COVID-19 están llegando a las áreas de terapia intensiva de los hospitales por la gravedad de su padecimiento, por lo que las únicas personas que pueden estar con ellos son las que forman parte del equipo médico que los atienden.
Ante ello, el padre José Alberto Medel Ortega, especialista en Liturgia de la Diócesis de Xochimilco, explicó que las enfermeras, enfermeros, doctoras y doctores asignados a las áreas COVID, como personas de fe, pueden dar consuelo espiritual a los pacientes ante esta situación tan crítica.
En este sentido, indicó, lo que puede hace el equipo médico que esté atendiendo a personas afectadas por el coronavirus y que se encuentren en situación crítica es, antes que nada, orar por ellos.
De la misma manera, indicó el presbítero, si algunos enfermos todavía están conscientes, los médicos y enfermeros creyentes pueden acercar, para informarles que están rezando por ellos y que mantendrán al tanto a sus familiares sobre su estado de salud.
“En ese momento -explica el padre Medel- la Iglesia son la enfermera, el médico y la gente que se preocupa por ellos”. Por ello es fundamental para su consuelo y ánimo, aunque no haya un sacerdote presente.
“La acción no suple el que vaya un sacerdote y le dé los Santos Sacramentos, pero en esos momentos el consuelo, la confortación y el ánimo que puede dar un creyente a otro creyente que sufre, es un medio para que el Espíritu Santo actúe en esa persona. Que no tengan duda que su oración, si bien no es la de un sacerdote, Dios la escucha y consuela al que está sufriendo. Es la Iglesia la que está siendo representada por esa persona de fe”, aseveró el sacerdote.
Medel Ortega indicó que, si las enfermeras y médicos conocen a un sacerdote o saben dónde encontrar a uno, no duden en darle el nombre de aquellos pacientes que ya están en una situación crítica para que, desde la lejanía, pueda orar por él, para “que Dios alcance el perdón de sus pecados en esos momentos que en los ojos humanos pueden ser los últimos”.
Finalmente, señaló Medel Ortega, los enfermeros, los médicos y el personal sanitario pueden informar a los familiares que han tenido contacto con sus pacientes y, además, han orado por ellos y los han acompañado espiritualmente en esos momentos críticos.
“Eso a los familiares les va a ayudar mucho. Saber que, aunque ellos no pudieron estar con su enfermo que, aunque un sacerdote no pudo estar ahí, un creyente estuvo a su lado rezando por él y eso para la familia va a ser de gran consuelo”, concluyó.
Fuente: Desde La Fe