El Cardenal Carlos Aguiar Retes asumió este lunes 5 de febrero el cargo de Arzobispo Primado de México, en una ceremonia realizada en la Catedral Metropolitana, donde realizó su profesión de fe y abordó el derecho humano a la libertad religiosa.
A su ingreso a la catedral, el Purpurado fue recibido con aplausos por los fieles. En el altar lo esperaba su predecesor, el Cardenal Norberto Rivera Carrera, quien en diciembre de 2017 dejó el cargo tras 22 años de servicio pastoral.
Así, ante autoridades civiles y eclesiásticas, fue leída la bula con la que el Papa Francisco lo nombró Arzobispo de México el 7 de diciembre del año pasado.
En su primer discurso como nuevo Arzobispo de México, el Cardenal Aguiar Retes agradeció a su predecesor por la labor desempeñada en la Arquidiócesis, la más grande del mundo, y expresó su “plena confianza en Dios” en esta nueva misión.
El Purpurado dijo que cuando conoció la decisión del Santo Padre “inmediatamente me vino a la mente este día 5 de febrero, en que celebramos la solemnidad de San Felipe de Jesús, Patrono de la Arquidiócesis, y al mismo tiempo celebramos el 101 aniversario de la Constitución Federal que rige nuestra vida pública como País”.
“En coincidencia, hoy también entra en vigor la primera Constitución que regirá la vida pública de esta gran Ciudad de México”, indicó.
El Arzobispo dijo que le alegra y alienta “esta significativa doble festividad religiosa y civil. Por una parte San Felipe de Jesús me invita a ser generoso y a dar mi vida sin temor, y con plena confianza en la Providencia Divina”.
“La dimensión festiva de nuestra Constitución me ofrece poner en práctica, para bien de nuestra sociedad, los derechos humanos universales, y en especial uno de ellos, la libertad de religión o libertad religiosa, que implica la posibilidad de interactuar como Iglesias con todas las Instituciones Oficiales y Privadas para buscar el bien de nuestra sociedad”, afirmó.
En ese sentido, explicó que “la convicción religiosa o de la fe, motiva y orienta la conducta personal del ciudadano, que lo lleva a organizarse con otros para un bien social, y la Constitución establece el marco legal indispensable para la conducta social”.
“Nuestros problemas y conflictos como sociedad han crecido –indicó–, y el factor de la globalización los ha vuelto más complejos; sin embargo, la buena voluntad y la disposición de generar los proyectos para superarlos, harán viables los caminos de Reconciliación y Justicia que nos conduzcan a la anhelada equidad social, y tenga como fruto la Paz y Seguridad, para crear un marco de libertad, que permita desarrollar las habilidades y capacidades de los ciudadanos, y así lograr vida digna para todos”.
El Cardenal dijo que durante los años que ha vivido en el Valle de México, “he podido conocer y valorar el impacto de esta Megalópolis, capital del país, principal modelo y polo de desarrollo y transformación social y cultural”, donde “tienen sede los poderes federales y los medios de comunicación social masiva, que determinan las grandes decisiones del país”.
Además, indicó, residen los principales empresarios mexicanos y extranjeros; y “la población manifiesta fuertes contrastes sociales y económicos, conserva presencia de origen campesino y provinciano, especialmente en sus sectores populares, donde aún se conservan tradiciones familiares y populares de religiosidad”.
En ese sentido, señaló que es consciente “de la gran responsabilidad que en este contexto tiene la labor eclesial, que al igual que la ciudad, lo que se haga o se deje de hacer, repercute en el resto del País. Así mismo, es bueno recordar lo mucho que México debe aportar a Latinoamérica y al mundo”.
“Por eso les pido que me encomienden a Dios, nuestro Padre, para que, siguiendo al Señor Jesús, me acompañe el Espíritu Santo, en el ejercicio de mi ministerio episcopal que hoy inicio en esta Arquidiócesis”, expresó.
Luego de la ceremonia en la catedral, el Cardenal Aguiar Retes se dirigió con los fieles a la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, para celebrar su primera Misa como Arzobispo de México.