La ordenación, celebrada sobre el mediodía en el Centro de Reinserción Social (CERESO) de Apodaca, en el estado de Nuevo león, es la primera que se realiza dentro de una cárcel.
Fue el propio P. Zul Mejía el que solicitó ser ordenado dentro de una cárcel. Conociendo la dura historia de vida del nuevo sacerdote, Mons. Cabrera accedió a su pedido.
El P. Gabirel Zul Mejía creció en un barrio pobre de Monterrey, al norte de México, y se vio pronto envuelto en la violencia de las pandillas.
Esta violencia lo llevó a pasar algunos días en la cárcel. Pero ahí, en el lugar menos esperado para él, pudo sentir de cerca la misericordia de Dios.
“Ahí fue donde pude tener mi encuentro con Dios”, dijo un mes atrás el recién ordenado sacerdote. “Los hermanos internos realizaron conmigo lo que ahora conozco como obras de misericordia”, aseguró.
Un tiempo después se acercó a la Iglesia y sintió el llamado de la vocación. Tras 10 años de formación, finalmente llegó su ordenación.
Al presidir la Misa y ordenación del P. Zul Mejía, Mons. Cabrera destacó que “en cierto modo, este lugar es la Catedral de Monterrey que se traspasa a este edificio porque donde está la Iglesia está la Eucaristía y donde está la Eucaristía está el sacerdote”.
El Prelado alentó al nuevo sacerdote a mirar lejos con esperanza, amar sin exclusiones y celebrar la Eucaristía, “porque todo lo que hagas tiene que referirse a la Eucaristía”.
Además, destacó que su amor debe ser “no prejuiciado, que no condene, no excluyente, que mire a la persona por el valor que tiene”.
“Ánimo, Gabirel, Dios pone en tus manos tesoros inimaginables”, expresó.
Concluida la celebración de la Misa, el P. Zul Mejía entregó biblias y rosarios a los reclusos.
Mons. Rogelio Cabrera anunció en su cuenta de Twitter que el nuevo sacerdote “dedicará gran parte de su ministerio a la pastoral penitenciaria”, y alentó a los fieles a que “recemos por él”.