Cuando estafaron a su marido, Raquel Suárez pasó de ama de casa a vender pescado por Whatsapp. Ahora tiene una empresa de comida a domicilio.
Raquel Suárez es madre de 12 hijos. Su marido, Jesús, se dedicaba a la venta de pescado. «En 2010, una señora gallega le estafó», explica. Le hizo un encargo de gran valor y luego no pagó. Aquello supuso la ruina familiar.
GentilezaRaquel Suárez vive en el popular barrio de Las Ventas, en Madrid
Raquel, que hasta entonces se había dedicado exclusivamente a las tareas del hogar, se encontró con 12 bocas que alimentar y un marido de 46 años sumido en la ansiedad y en la depresión. «Fuimos al médico porque yo llegué a temer que le diera un infarto y se me muriera».
Aquella situación hizo que esta mujer tuviera que armarse de valor como nunca antes lo había hecho. «Teníamos dos opciones: o amargarnos la vida o pensar qué podíamos hacer para salir adelante».
Aquí puedes ver fotos de Raquel y su familia en diversos momentos:
Gente que confía en ellos
En el barrio de Las Ventas, donde viven en Madrid, eran conocidos. «Como Jesús conocía bien el sector, y en aquellos años comenzó a extenderse el whatsapp, se nos ocurrió vender pescado a la familia y a los amigos a través de esa red». Primero fueron dos amigas las que le encargaron el pescado, y de dos pasaron a 4 y a decenas… «Gracias a la confianza, ha ido creciendo la red».
GentilezaDel mercado a la puerta de casa, Raquel gestiona las compras de sus clientes por Whastapp y todos confían en ella.
Raquel y Jesús van a diario a Mercamadrid (la lonja) y compran lo que les han encargado. «Trabajamos de martes a sábado», explica. Van en la furgoneta, compran lo que les piden por whatsapp y lo llevan a casa. Se hacen Madrid de norte a sur.
Es un trabajo basado en la confianza, porque los clientes saben que van a ser productos de primera calidad –«Jesús es un crack en el pescado»– y a buen precio. Han ampliado ya a fruta, verdura y carne.
«Tener una familia numerosa es maravilloso»
Con esto, han podido remontar y han creado la empresa Doce Peces, con el teléfono móvil de Raquel y la página de Facebook @los12pecesderaquel. Doce peces que son sus hijos, a los que adora con pasión.
«Tener una familia numerosa es maravilloso. Las familias numerosas siempre me habían llamado la atención por el cariño que se ve en los padres y porque se hace mucha piña. Nunca uno está solo», dice.
GentilezaCon su marido y sus hijos, sentados a la mesa en casa.
«Hay gente que te dice cosas terribles cuando se entera de que tienes 12 hijos, pero me da igual», comenta. «El Estado debería ayudarnos a las familias numerosas por lo mucho que aportamos».
¿Habían decidido tener 12 hijos? «Yo me casé con 23 años. Cuando Jesús y yo nos casamos, no nos lo habíamos planteado. Somos creyentes y nunca usé medios para evitar hijos, así de sencillo«. No pertenecen a ninguna organización religiosa.
Raquel es de rompe y rasga, extrovertida, simpática, valiente y jovial. Ahora tiene 52 años y Jesús 56. «Jesús es el experto, el que decide la compra y el que lleva la furgoneta. Yo me encargo del whatsapp y de atender a los clientes. Ahora estoy disfrutando con la entrevistas a los medios de comunicación». Y es que se apasiona con lo que la vida le propone, a las duras y a las maduras.
GentilezaJesús y Raquel forman equipo: él se encarga del transporte y de la selección del pescado, ya que es un experto.
Los hijos crecen y la casa se queda pequeña
Raquel y Jesús siguen viviendo en un piso de 100 metros cuadrados «y soñamos con irnos a vivir al campo algún día». En la casa hay un solo baño completo y un aseo. Los baños y duchas se organizan en distintos horarios. Los hijos viven en habitaciones compartidas «y se nota que van creciendo y la casa se nos ha quedado pequeña». El pequeño ya tiene 10 años.
Un hijo con discapacidad
Pero ahí están: «La mayor, de 28 años, se ha hecho Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl, la segunda –Ainhoa– es periodista, hace de community managerde nuestra pequeña empresa y se ha independizado. Los otros diez viven con nosotros». Entre ellos está Juanito, que tiene una discapacidad «y nunca hemos recibido ninguna ayuda por ello».
GentilezaLa hija mayor tiene 28 años y es hoy religiosa de San Vicente de Paúl, sor María Eugenia. En la imagen, en la Cocina Económica de Logroño.
Raquel anima a todas las personas que han sufrido un bache importante en su vida a que no tiren la toalla. «Tírate a la piscina y saldrás a flote», afirma.
GentilezaLa familia Bueno Suárez.
Es positiva y cree que «en el mundo hay mucha gente buena, somos muchos aunque a los malos se les ve más». Eso le hace no parar: ha creado un grupo de Whatsapp que se llama «Aquí hay trabajo» con el que da a conocer las ofertas de empleo que pueden servir a alguien en su barrio.
«Es lo que me da fuerza cada día»
Sus hijos son su motor: «El amor que se respira en la familia no lo cambio por nada. Y es lo que me da fuerza cada día».
Me llega ahora su primer whatsapp y veo que antes de darme los precios del pescado y la carne, incluye un proverbio andalusí. Dice así: «Quien no tiene dinero, no tiene crédito, quien no tiene hijos, no tiene fuerza.
Fuente: Aleteia