Amy Elizabeth Hehre es una mujer estadounidense nacida en Somerset, Kentucky, quien desde los 20 años soñaba con abrir un hospital para niños huérfanos con enfermedades terminales en Kenia.
Trabajó como voluntaria
Amy trabajaba como voluntaria en Kenia. Ahí se dio cuenta de las necesidades que presentaban los niños huérfanos y vulnerables que iba conociendo y fue así como decidió comenzar a hacer tangible el proyecto más grande que había soñado con realizar.
Seis años después, Amy y su esposo Rob fundaron el O.V.I. Children´s Hospital en Suna Migori, Kenia. Allí atienden a cientos de niños que además de enfrentarse a la desnutrición, presentan enfermedades como la malaria, cáncer y VIH.
A muchos de estos niños incluso se les niega la atención médica local. Esto, debido a los tabúes asociados con sus enfermedades, como en el caso del VIH. (Cada mes llegan cientos de niños, no solamente de Kenia, sino de sus vecinos Tanzania y Uganda.)
Su labor ha tenido gran impacto
Es tal el impacto de la labor de Amy con la creación del hospital, que incluso gente de todo el mundo se ha unido a esta causa y hace actividades para recaudar fondos y enviarlos a O.V.I. Gracias a todo el apoyo recibido, O.V.I ahora cuenta con instalaciones de 1,021 metros cuadrados equipadas con 60 camas disponibles, área de urgencias y dispensario. Además cuenta con un personal de 60 miembros, todos kenianos, incluyendo dos Doctores en Medicina
Amy cuenta que al principio ella estudiaba radiodifusión en la Western Kentucky University y también estudiaba patología del habla. En un evento en su universidad, sacó de un sombrero un papel con la pregunta “¿Qué quieres hacer de tu vida?” En ese momento Amy supo lo que quería. Respondió que quería dar tratamiento médico a niños necesitados y al preguntarle que por qué no perseguía su sueño, Amy decidió buscar oportunidades médicas en África.
¿Qué quieres hacer de tu vida?
Para Acción de Gracias de ese año le anunció a su familia que iría a Kenia y que estaba tan decidida que incluso ya había comprado el boleto de avión.
Una vez que se graduó de WKU, tomó un programa de asistente médico en el University of Kentucky´s College of Health Sciences durante 3 años. Al finalizar decidió continuar sus estudios de medicina en Kenia ya que no quería esperar 15 años para terminarlos e irse.
Amy logró todo esto gracias a que es “una gran soñadora”, como ella misma se define y sin duda su testimonio seguirá inspirando a muchas personas a aportar su ayuda a los demás.
Su esposo y ella dicen: ” No tenemos miedo de lamentarnos, pero si tememos por lo que le pudiera pasar a estos niños si nadie tomara el riesgo de amarlos”.
Fuente: Catoliscopio