Hay parejas que les da miedo el compromiso, otras se separan y algunos viven infelices. Por eso hoy, te comparto tres secretos para tener un matrimonio exitoso.
Primer Secreto: Súper Abundancia de Vino
¿A qué me refiero con esto? ¿Recuerdas dónde hizo Jesús su primer milagro? ¿Recuerdas qué fue lo que hizo y por qué?
¡El primer milagro de Jesús fue en una boda! No cualquier boda: la famosísima Boda de Caná. A esta pareja de recién casados EN PLENA BODA se les acaba el vino. En la Escritura el vino es símbolo del Amor de Dios por nosotros.
Que se les acabara el vino, simboliza que a este matrimonio se le agotó el amor de Dios. El propósito del matrimonio es compartir este amor de Dios entre ellos, pero como dice el dicho “Nadie da lo que no tiene”. Por eso la razón de tantos divorcios. ¡Se nos termina el vino! ¡Necesitamos una dotación SÚPER ABUNDANTE DEL VINO DE DIOS en nuestra vida matrimonial!
Nos cuenta el libro del Génesis que en el principio Adán y Eva estaban desnudos, pero no tenían vergüenza (Génesis 2,25), precisamente porque estaban llenos de este vino divino. Estaban llenos del amor de Dios, podían mirarse el uno al otro como Dios nos mira. Por eso es que podían entregarse y compartir este amor divino el uno al otro.
Por lo tanto, al acabarse este vino, entra la vergüenza, y algo cambia en lo profundo del corazón de esta relación matrimonial. Ya no desean compartir este amor divino sino que ahora se ven con una mirada que quiere utilizar, dominar y controlar al otro, en lugar de amarse mutuamente.
Que se acabe este vino que Dios otorga, es la razón de todas las dificultades conocidas por cada matrimonio de toda la historia. La buena noticia es que Jesús está presente en tu matrimonio para darles una super abundancia de vino nuevo.
¿Sabes cuánto vino trajo Jesús a esta Boda?
La escritura nos cuenta (Juan 2,6) que había 6 tinajas. Cada una aproximadamente de 90 litros. Eso es más de 500 litros de vino para este matrimonio en su boda. ¡Jesús sí que sabe animar una fiesta!
Por eso debemos (entendiendo debidamente la analogía) EMBRIAGARNOS con este vino divino del amor de Dios, para poder tener un matrimonio exitoso. Los ingredientes clave para lograrlo son la oración y los sacramentos que nos dan este vino nuevo. ¡No dejemos de tomarlo!
Segundo Secreto: Valentía para buscar una verdadera intimidad
Volviendo al Génesis. Cuando Adán y Eva se dan cuenta que están desnudos (Genesis 3,7) lo primero que hacen es cubrirse con unas hojas para ocultarse, poniendo barreras para la intimidad. La verdadera intimidad es dejar al otro verme, más que por fuera… por dentro.
Desde Adán y Eva, los matrimonios hemos tratado de escondernos y poner barreras para esta verdadera intimidad. Por eso se requiere valentía para tener verdadera intimidad.
¡Exponer realmente nuestro corazón!
La intimidad es mostrar una desnudez del corazón. Una verdadera revelación de quién eres. Esta verdadera intimidad puede asustarnos ¡Y mucho! Como bien dijo Adán: “Tuve miedo, porque estoy desnudo, por eso me escondí.” (Genesis 3,10)
El camino para crecer en verdadera intimidad es lo contrario a este esconderse de Adán. Es más bien un: “Estoy en paz, porque sé que me amas, por eso me muestro y me entrego a ti” esto es verdadera intimidad.
Sin embargo, no es posible tener este nivel de intimidad y verdaderamente mostrarnos con todo lo que somos (incluso lo más vulnerable dentro de nosotros), si no bebemos de la fuente del vino divino.
Ejemplos para entender la intimidad
Primeramente, imagina que el corazón de la mujer es como un profundo océano, y que los esposos tenemos la misión de bucear en sus profundidades. No podemos bucear en las profundidades de este océano, si ella no abre libremente este océano para ser explorado, de no hacerlo, no estaríamos respetando lo sagrado de su corazón.
Sin embargo, si ella tiene la valentía de abrir las profundidades de su corazón, y el tiene la valentía de bucear hasta llegar a conocer lo más profundo de su océano: ¡Los esposos descubriremos tesoros invaluables en los corazones de nuestras esposas que ellas ni siquiera conocían!
El corazón de un hombre es como una cueva profunda. La misión para ellas es explorarla, pero no deben de estar hurgando o entrando a esta cueva si los esposos no abren libremente esta cueva para que sea explorada, de no hacerlo no se respetaría lo sagrado de su corazón.
Entonces, nosotros como hombres debemos tener la valentía de libremente abrir esas cuevas profundas de nuestro corazón, y si ella se atreve a explorar en estas profundidades: ¡Descubrirá tesoros invaluables que ni él sabía que estaban ahí! Esa es la valentía que se requiere para tener verdadera intimidad.
En todo este camino, para tener verdadera intimidad, como personas imperfectas que somos, nos vamos a equivocar, y quizá nos lastimaremos. Por eso necesitamos también el tercer secreto para un matrimonio exitoso.
Tercer Secreto: Mostrar Misericordia y Perdón.
Necesitamos aprender cómo pedir realmente misericordia y que nos perdonen. Cuando alguien nos pide perdón, nunca respondamos: “está bien”. Si de hecho la situación está bien, entonces puedes decir: “No es necesario que pidas perdón porque esto que sucedió, está bien, no pasa nada.” Pero si en verdad es necesario que perdonemos, es mejor que digamos “Sí, te perdono”, o al menos “Dios ayúdame a perdonar”.
El perdón no es meter algo debajo de la alfombra, ni hacer como si nada hubiera pasado. El perdón es liberar a la persona que nos lastimó a la justicia y misericordia de Dios.
Nuevamente nos encontramos con la frase de “nadie da lo que no tiene”. Si estás batallando para mostrarle misericordia a tu pareja o perdonar a alguien más, quizá también estés necesitando de la misericordia de Dios. Por eso le pedimos a Dios nuevamente de su amor, en este vino divino para poder lograrlo.
Busquemos poder mostrar misericordia y perdón como Dios lo hace con nosotros.
Espero que te sean muy útiles estos tres secretos para tener un matrimonio exitoso. Pidamos a Dios que ayude a sostener a todos los matrimonios que nos leen. Dios te bendiga.
Fuente: Catoliscopio