El Arzobispo de Toledo (España), Mons. Braulio Rodríguez Plaza, explicó que la posible ley contra la “violencia de género” y la asignatura que se implantará sobre valores cívicos, ambas fundamentadas en la ideología de género, no traerán la igualdad “sino la confusión a base de eufemismos e incapacidad para solucionar el aberrante problema” de la violencia contra la mujer.
La puesta en libertad provisional de cinco hombres, que se hacían llamar “la manada”, que agredieron sexualmente hace dos años a una joven de Madrid durante las fiestas de San Fermín en Pamplona, ha suscitado una gran polémica y podría dar lugar a una ley “para una sociedad libre de violencia de género”, basada en la ideología de género.
Entre ellas se encuentra la decisión del presidente de Castilla-La Mancha de que su Consejo de Gobierno apruebe rápidamente el anteproyecto de ley “para una sociedad libre de violencia de género”, que será próximamente debatida en las cortes regionales.
Mons. Rodríguez Plaza indica que la igualdad entre hombre y mujer es “deseada y necesaria”, dado que “no es real hoy día”.
Sin embargo, el Prelado alerta de que esta ley puede confundir “igualdad” con “ideología de género”, “pues es claro que el anteproyecto de ley se apoya en esta corriente de pensamiento, ideología de género, casi exclusivamente para conseguir la deseada igualdad entre los sexos”.
En ese sentido el Arzobispo de Toledo explica que “en la ideología de género, el cambio del concepto género por sexo, cada vez más presente en nuestra sociedad, no traerá la igualdad, sino la confusión a base de eufemismos e incapacidad para solucionar el aberrante problema de que un varón mate a una mujer por creer que tiene derecho sobre ella por ser simplemente ‘el macho’, o sea su esposo, su pareja de hecho, o no acepte la separación o el divorcio interpuesto por ella”.
“La igualdad entre los sexos -indica- es algo más profundo, que necesita una reflexión antropológica seria y decisión de educar en igualdad desde que somos pequeños” y advierte que una “mala solución” de la violencia de género perjudica “a la vida social en general”.
Ante este problema social, el Arzobispo advierte que la confusión entre igualdad e ideología de género lleva a “decantarse por un cierto pensamiento único respecto a lo que es el ser humano, y cerrarse a otras soluciones, que eviten violencia, agresiones, muertes, e incluso el desnivel salarial entre hombre y mujer”.
“El ultrafeminismo no es la solución; es preciso la cooperación entre los sexos, respetando las lógicas diferencias entre mujer y varón; aceptar estas diferencias nada impide exigir la igualdad entre ellos”, subraya en su carta el Prelado.
Sobre el caso de “la manada”, el Arzobispo recuerda que la ministra de Justicia aseguró en varios medios de comunicación, refiriéndose a los jueces, que hacen falta “reformas mentales” y “desarrollo de una perspectiva de género”.
“Reformas sí son necesarias, pero ¿‘reformas mentales’, precisándose además de ‘desarrollo de una perspectiva de género’?”, cuestionó. Mons. Rodríguez alertó que de esta manera se impone un “nuevo dogma de fe laica: la ‘perspectiva de género’, para solucionar, como ingeniería social todos los problemas morales”.
Mons. Rodríguez pregunta si esa “ingeniería social” de la ideología de género puede solucionar los problemas que crea “una sexualidad entregada al naturalismo instintivo” en una sociedad en la que “se acepta incluso la pornografía como objeto de consumo”.
Algo que, según afirma el Arzobispo, le parece “improbable”.
Además recuerda que junto al anteproyecto de ley “para una sociedad libre de violencia de género” también está la asignatura de implantación obligatoria “cuyo contenido y currículo está repleto de ideología de género”.
Mons. Rodríguez anima a la “lucha a favor de la igualdad” pero “no de este modo”, porque “es un camino seguro para un pensamiento único, que no tiene base antropológica suficiente”.
