Bien sabido es que el mes de mayo es cuando festejamos a mamá, tías y abuelitas –si es que aún tenemos la dicha de contar con su presencia–; lo dicen los festivales de la escuela con sinnúmero de bailables y regalitos armados con mucho amor; lo saben los comercios, pues lanzan gran variedad de ofertas y descuentos para consentir a mamá; lo sabemos en casa, donde se prepara uno que otro arreglo floral o bien una flor cortada con mucho cariño, algún platillo especial o un postre para mimarla; sin embargo, a varios se nos ha hecho rutinario que sólo sea cada año.
Tanto en una relación de pareja y de amistad, como de maternidad o paternidad, la constancia y la comunicación es algo súper importante para cuidarla. Imagina que esta relación es como una plantita, si esa plantita la tenemos en un rincón sin luz y la regamos sólo cuando nos acordamos, claramente no va a crecer. Ahora imagínate qué le va a pasar si sólo se hace ¡una vez al año!
Para cuidar esa plantita, se necesita más que agua, luz solar y algo de abono ¿alguna vez has conocido a alguien que habla con las plantas y asegura que por eso crecen bien y mejor? Pues yo sí y ¡fíjate que es asombroso ver cómo crecen verdes y fuertes, e incluso sus flores se ven más bonitas! Así que si quieres que tu plantita de relación con mamá esté más fuerte y abundante, te dejo cuatro tips:
- Contacto frecuente. El riego es constante, que no se seque la tierra. Es muy importante el contacto frecuente. Para quienes viven en la misma casa, es muy fácil verse en ciertos horarios, darse los buenos días y buenas noches, o incluso comer juntos. Para quienes viven en diferentes casas, la solución puede ser no sólo mensajitos de Whatsapp, sino llamadas telefónicas o visitas en persona que a veces se pueden aprovechar más. ¿Qué tan seguido hablas con mamá?
- Compartir la vida. La luz es de todos los días. No sólo se necesita agua, sino también luz solar para su crecimiento, pues no basta sólo con ver a mamá y saludarla, se necesita un poco más de luz, es decir, un poco más de conocimiento sobre lo que ocurre en el día a día, así como los sueños y miedos, porque aunque mamá no sea experta en algunos temas, tiene experiencia de vida. ¿Qué le quieres compartir de tu vida?, ¿qué consejo le quieres pedir?
- Muestras de cariño. El abono es mensual. Dependiendo tu edad (niño, adolescente, joven o adulto) puedes abonar un poquito a la relación con algunas muestras de cariño que se noten no sólo en palabras, sino de forma física. Como un niño con dibujos por ejemplo, como adolescente con menos berrinches, como joven tal vez ya invitándola a comer o cenar o dándole un regalito y como adulto tal vez con ayuda económica constante. ¿Qué has hecho y qué más te gustaría regalarle?
- Palabras y actos de amor. El cariño, principalmente demostrado, es de lo que más enraíza a una planta y a una relación, ¿de qué serviría querer mucho a tu mamá y que no se lo digas? Claramente ella lo sabe, pero el escucharlo de ti, reforzará el sentimiento. ¿Qué tan seguido le dices que la quieres, que la admiras?, ¿qué tan seguido oras y rezas por ella?
Por último, me despido recordándote que cada planta es diferente, algunas son más coloridas que otras, otras no son de frutos, pero sí de flores y otras incluso curativas. Recuerda cuidar tu planta todos los días.
¡Felicidades mamá!