El padre Omar Sotelo es director del Centro Católico Multimedial, un medio de comunicación especializado en asuntos religiosos en México. Cada año elabora un reporte sobre sacerdotes que han perdido la vida en el país.
Las cifras son alarmantes. De 1990 a la fecha, en México han sido asesinados: 1 cardenal, 46 sacerdotes, 1 diácono, 4 religiosos, 9 laicos y una periodista católica. En total, suman 62 homicidios de personas cercanas a la Iglesia Católica.
Estos son los datos recabados por la unidad de investigación del Centro Católico Multimedial, que dirige el sacerdote paulino, Omar Sotelo.
El último fue Rubén Alcántara, en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, apenas este miércoles 19 de abril. De acuerdo con la versión oficial, un hombre ingresó a la Iglesia y atacó al sacerdote después de una discusión.
“México no merece vivir la situación que está viviendo”, explica Sotelo, en entrevista con Yo Influyo. Solo en lo que va del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, 22 sacerdotes han sido asesinatos.
“Es tan lamentable seguir hablando de un tema tan doloroso, no quisiéramos seguir engrosando esta lista”, agregó.
En febrero de este año murieron los padres Iván Añorve Jaimes y Germaín Muñiz García, en el libramiento de Taxco, Guerrero, cuando la camioneta en que viajaban fue atacada por armas de fuego.
La Fiscalía General de Justicia del Estado argumentó que uno de los curas pertenecía a un grupo del crimen organizado, por lo que calificó este asesinato como un ajuste de cuentas. El obispo de Chilapa-Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, exigió entonces a las autoridades que no basaran sus líneas de investigación en supuestos sin fundamento.
Sotelo hace énfasis en este punto, pues considera que minimizar la violencia contra sacerdotes o periodistas, es apartar la vista de un gran problema.
Pese a que los llamados a detener esta violencia han sido muchos, los asesinatos siguen ocurriendo
“Hemos visto cómo cuando cae un sacerdote, un periodista inmediatamente se le criminaliza y se dice que estaba coludido con el crimen organizado” señaló el Padre Sotelo.
“No podemos seguir viviendo estas situaciones sin señalar a las autoridades, su ineptitud”, no con el ánimo de ser injustos, dice, sino porque que devengan un salario y deberían tener espíritu de servicio.
Insistió en que la violencia no es un asunto que afecta solo a algunos sectores, pues impacta por igual a periodistas, sacerdotes y ciudadanos “de a pie”. “La sangre de nuestros hermanos sigue derramándose y hoy más que nunca clama justicia”.
Finalmente, dijo, en esta época electoral es lamentable ver cómo los candidatos solo se echan en cara unos a otros sus grandes defectos y hacen homenajes de sí mismos
“México no merece vivir la situación que está viviendo… esta incertidumbre”. Por ello, hizo un llamado -ahora que se acercan las elecciones- a quienes buscan responsabilidades de gobierno, “a que sean los proyectos, que sean los ciudadanos, que sea el pueblo el que salga adelante, no los protagonismos”.