Un varón se opera y cambia de sexo… pero sigue teniendo la fuerza y la estructura ósea de un varón. Y cuando compite en artes marciales con mujeres de verdad tiene superioridad física. En Malasia uno de esos hombres operados ha matado -accidentalmente- a una mujer.
Aparentemente son dos mujeres que libran un combate de Vale Tudo (artes marciales mixtos donde se permite casi todo). Pero en realidad, una de ellas es un trans, un varón operado.
Y cuando ese trans mata a su rival ¿cómo lo calificaríamos? ¿no estamos ante violencia de género? ¿O mejor dicho de transgénero?
Es lo que ha pasado recientemente en Malasia. Con Shang Mau Bi, una mujer luchadora de Vale Tudo que murió a manos de un trans, la belga Nilika Dobronev.
Antes o después veríamos una noticia de este tipo. Demasiado tiempo hemos jugado con el fuego de lo políticamente correcto hasta que alguien se quemó pagando con su vida.
El 21 de enero, Mau Bi fue ingresada en Kuala Lumpur, capital de Malasia, con un traumatismo craneoencefálico muy grave. El domingo pasado, murió.
La lucha duró 24 segundos del primer round. La brutal agresión sufrida por la mujer-hombre la dejó K.O. apenas sonó la campana inicial, según informa el medio brasileño Hojenoticias.com.
El Comité Deportivo Internacional todavía exige que para competir, ya sea una mujer trans o un travesti, sea necesaria una prueba de hormonoterapia para controlar que el nivel de testosterona sea menos de la mitad de las mujeres heterosexuales.
Los críticos consideran que esta práctica debe finalizar ya que pone en riesgo la vida y la carrera de muchos deportistas.
Según las nuevas reglas de esta institución, las mujeres atletas trans podrán competir después de 12 meses de tratamiento hormonal, pasar la prueba de hormonoterapia (siendo el nivel de testosterona menor a los 10 nmol/L.
En cambio, no es obligatorio que sufran cirugías para el cambio de sexo y la decisión de competir con el sexo identificado ha de mantenerse durante al menos cuatro años consecutivos.
Los críticos consideran que esta práctica debe finalizar ya que pone en riesgo la vida y la carrera de muchos deportistas. De hecho, personas íntimas de la víctima han comentado que ella aceptó el combate tras haber sido amenazada con ser apartada de la competición por “prejuicios”.
Por no perder su carrera profesional, Shang Mau Bi lo que ha perdido ha sido la vida.
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