Con el transcurrir de los años de matrimonio, ella sentía una gran tristeza en el alma, su sonrisa desapareció por completo y sus sueños se fueron quedando atrás. En lo más profundo de su corazón aceptaba que amaba a su esposo, y que gracias al amor que sentían el uno por el otro, formaron una linda familia. Sin embargo, no era feliz.
Su mente revoloteaba cada vez que pensaba en la opción de una separación definitiva, se llenó de dudas y miedos. Ella creía que la única solución para encontrar la felicidad, era pedir el divorcio. Pero algo la detuvo que no fue capaz de tomar tal decisión.
Visitó a muchas consejeras matrimoniales, habló con sus familiares y amigos más cercanos, con la finalidad de pedir cualquier opinión o consejo que le ayudará a encontrar las razones para no renunciar a su matrimonio.
¡Claro! En esa búsqueda desesperada, no escuchó nada de lo que deseaba oír, ya que ninguna historia o experiencia de los demás, concordaba con lo que en realidad quería hacer. Sin embargo, una noche como cualquiera en medio de la oscuridad, se el ocurrió realizar una lista de razones por las cuales ella consideraba que no debería divorciarse.
La mitad de mi vida junto a él
Ella escribió:
1 Por amor
En mi juventud siempre pedí con mucho fervor encontrar un hombre que me amara tal cual soy, que me cautivara su manera de ser y que tuviéramos cosas en común. Hasta que llegó el día que conocí a mi esposo, éramos el complemento ideal, la perfecta pareja que todo mundo envidiaba.
Nos enamoramos, casamos, y formamos una linda familia con tres hijos. En todos los años de matrimonio aprendí que él tiene distintas maneras de demostrarme su amor y que no necesariamente es la misma que la mía. ¡Lo amo!, ¡Lo acepto tal cual es!
2 Ningún motivo
Muchas parejas pueden divorciarse cuando tienen problemas graves como infidelidades, violencia, por mencionar algunos. En mi caso, la verdad es que no hay un motivo tan fuerte para pedir el divorcio. Lo que sí puedo sentir es que la relación se ha enfriado, que en la intimidad ya no hay tanta pasión y que las conversaciones son escasas.
Pero, él siempre está ahí cuando necesito algo, duerme a mi lado todas las noches y oramos juntos. Todas nuestras acciones y esfuerzos van encaminados al bienestar familiar.
3 Por los sueños
Aún tengo sueños, ilusiones y metas que deseo realizar, como conocer y disfrutar a mis nietos, comprarme una casa de descanso a la orilla del mar y publicar un libro de mi vida. Así como yo, él también tiene sueños, creo que es tiempo de compartirlos y trabajar en equipo para alcanzarlos, ya que mientras tengamos vida, habrá tiempo para todo.
4 Amor propio
Debo confesar que mi sonrisa desapareció y mi tristeza no me deja ver lo mucho que debo amarme. Sin embargo, creo que si exijo amor por parte de mi esposo tengo que empezar por dármelo a mí misma. Muchas cosas he sacrificado en mi matrimonio y creo que es tiempo de pensar en hacer cosas que me gustan y consentirme.
¡No deseo divorciarme! quiero encontrar la verdadera felicidad en mí, en mi interior y amor propio; a lo mejor estoy equivocada en pedir amor cuando en realidad aun no me acepto tal como soy.
5 Todo tiene una solución
En mi matrimonio he tenido que pasar pruebas muy difíciles, algunas veces hemos salido triunfadores y otras derrotados. Sin embargo, nunca estuve sola, siempre ha estado mi esposo apoyándome en toda situación.
La infelicidad que siento, no me ha dejado entender que todos los problemas he hemos enfrentado como pareja han tenido solución. ¿Por qué en esta ocasión será diferente?
6 Él me conoce mejor que nadie
Podría encontrar otra pareja que me haga sentir ilusionada y que me de lo que necesito para ser feliz (en fin hay muchos hombres en el mundo); pero la realidad, es que nadie me conoce tan bien como mi esposo. Creo que hasta me da cierta pereza volver a empezar con una nueva relación.
¡No voy a renunciar a mi matrimonio! Porque él me acepta como soy y yo también a él. Entre sus muchos defectos, he descubierto virtudes y bondades que no cualquiera las tiene; es un hombre con valores familiares muy arraigados, honrado y respetuoso.
7 Quiero perdonar
Considero que no soy perfecta y que he cometido millones de errores en mi relación, por ello, tengo el deseo de aprender a perdonar de corazón. Perdono a mi esposo por su frialdad, por sus malas maneras de expresarse, por su falta de caballerosidad, por permitirnos caer en la rutina y no tener en cuenta que no me he sentido feliz.
¡Quiero comenzar de cero todos los días! Y perdonar lo que para mí ha estado mal en mi matrimonio.
8 Amo a mi familia
Mi vida gira alrededor de mis hijos, mi esposo y mis mascotas. Si tomo la decisión de divorciarme es muy probable que mis hijos sufran las consecuencias y que nadie de la familia encuentre la verdadera felicidad, ya que nadie me puede asegurar que al terminar mi matrimonio sea feliz.
Al finalizar su lista de los motivos por los cuales ella consideraba que debía salvar su matrimonio, se levantó de la cama, encendió las luces de su habitación y despertó a su esposo con un fuerte abrazo. Con lágrimas en los ojos, le dijo que lo amaba con toda su alma y que era el momento para solucionar los problemas que atravesaban en su relación.
Él se sorprendió tanto que la abrazó y le dijo que nunca se le hubiera ocurrido que ella fuera infeliz; en cuestión de segundos, se arrodilló ante ella, tomo su mano y le pidió perdón. Fue en ese momento que ella decidió seguir a lado de su esposo por muchos años hasta que la muerte los separe.
Fuente: Familias.com